Reina Valera Gómez 1Yo soy el hombre que ha visto aflicción por la vara de su enojo. 2Me guió y me llevó en tinieblas, y no en luz. 3Ciertamente contra mí volvió y revolvió su mano todo el día. 4Hizo envejecer mi carne y mi piel; quebrantó mis huesos. 5Edificó contra mí, y me cercó de tósigo y de trabajo. 6Me asentó en oscuridades, como los ya muertos de mucho tiempo. 7Me cercó por todos lados, y no puedo salir; ha hecho pesadas mis cadenas. 8Aun cuando clamé y di voces, cerró los oídos a mi oración. 9Cercó mis caminos con piedra tajada, torció mis senderos. 10Como oso que acecha fue para mí, como león en escondrijos. 11Torció mis caminos, y me despedazó; me dejó asolado. 12Su arco entesó, y me puso como blanco a la saeta. 13Hizo entrar en mis entrañas las saetas de su aljaba. 14Fui escarnio a todo mi pueblo, canción de ellos todos los días. 15Me hartó de amarguras, me embriagó de ajenjos. 16Me quebró los dientes con cascajo, me cubrió de ceniza. 17Y mi alma se alejó de la paz, me olvidé del bien. 18Y dije: Perecieron mis fuerzas, y mi esperanza de Jehová. 19Acuérdate de mi aflicción y de mi abatimiento, del ajenjo y de la hiel. 20Mi alma aún lo recuerda, y se humilla dentro de mí. 21Esto traigo a mi memoria, por lo cual tengo esperanza. 22Es por la misericordia de Jehová que no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. 23Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad. 24Mi porción es Jehová, dijo mi alma; por tanto en Él esperaré. 25Bueno es Jehová a los que en Él esperan, al alma que le busca. 26Bueno es esperar en silencio la salvación de Jehová. 27Bueno le es al hombre, llevar el yugo desde su juventud. 28Que se siente solo, y calle, porque es Él quien se lo impuso. 29Ponga su boca en el polvo, por si aún hay esperanza. 30Dé la mejilla al que le hiere; y sea colmado de afrenta. 31Porque el Señor no desecha para siempre; 32antes bien, si aflige, también se compadece según la multitud de sus misericordias. 33Porque no aflige ni acongoja de su corazón a los hijos de los hombres. 34Desmenuzar bajo de sus pies a todos los encarcelados de la tierra, 35hacer apartar el derecho del hombre ante la presencia del Altísimo, 36trastornar al hombre en su causa, el Señor no lo aprueba. 37¿Quién será aquel que diga, que vino algo que el Señor no mandó? 38¿De la boca del Altísimo no sale lo malo y lo bueno? 39¿Por qué murmura el hombre viviente, el hombre en su pecado? 40Escudriñemos nuestros caminos, y busquemos, y volvámonos a Jehová. 41Levantemos nuestros corazones con las manos a Dios en los cielos. 42Nosotros nos hemos rebelado, y fuimos desleales; tú no perdonaste. 43Desplegaste la ira, y nos perseguiste; mataste, no perdonaste. 44Te cubriste de nube, para que no pasase la oración nuestra. 45Nos has vuelto escoria y abominación en medio de los pueblos. 46Todos nuestros enemigos abrieron contra nosotros su boca. 47Temor y lazo nos han sobrevenido, asolamiento y quebranto. 48Ríos de aguas derraman mis ojos, por el quebrantamiento de la hija de mi pueblo. 49Mis ojos destilan, y no cesan, porque no hay alivio, 50hasta que Jehová mire y vea desde los cielos. 51Mis ojos contristaron mi corazón, por todas las hijas de mi ciudad. 52Mis enemigos me dieron caza como a ave, sin haber por qué. 53Ataron mi vida en mazmorra, pusieron piedra sobre mí. 54Aguas cubrieron mi cabeza; yo dije: Muerto soy. 55Invoqué tu nombre, oh Jehová, desde la cárcel profunda. 56Oíste mi voz; no escondas tu oído a mi suspiro, a mi clamor. 57Te acercaste el día que te invoqué: dijiste: No temas. 58Abogaste, Señor, la causa de mi alma; redimiste mi vida. 59Tú has visto, oh Jehová, mi agravio; defiende mi causa. 60Tú has visto toda su venganza; todos sus pensamientos contra mí. 61Tú has oído el oprobio de ellos, oh Jehová, todas sus maquinaciones contra mí; 62Los dichos de los que contra mí se levantaron, y su designio contra mí todo el día. 63Mira su sentarse, y su levantarse; yo soy su canción. 64Dales el pago, oh Jehová, según la obra de sus manos. 65Dales dureza de corazón, tu maldición caiga sobre ellos. 66Persíguelos en tu furor, y quebrántalos de debajo de los cielos, oh Jehová. |