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Job 19
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Reina-Valera 1909 con números de Strong
1
Y RESPONDIÓ
Job,
y dijo:
2
¿Hasta
cuándo
angustiaréis
mi alma,
y me moleréis
con palabras?
3
Ya
me habéis vituperado
diez
veces:
¿no
os avergonzáis
de descomediros
delante de mí?
4
Sea así que realmente
haya yo errado,
conmigo
se quedará
mi yerro.
5
Mas si
vosotros os engrandeciereis
contra
mí, y adujereis
contra
mí mi oprobio,
6
Sabed
ahora
que
Dios
me ha trastornado, y traído en derredor su red
sobre mí.
7
He aquí
yo clamaré
agravio,
y no
seré oído:
daré voces,
y no
habrá juicio.
8
Cercó
de vallado mi camino,
y no
pasaré;
y sobre
mis veredas
puso
tinieblas.
9
Hame despojado
de mi gloria,
y quitado
la corona
de mi cabeza.
10
Arruinóme
por todos lados,
y perezco;
y ha hecho pasar
mi esperanza
como árbol
arrancado
.
11
E hizo inflamar contra
mí su furor,
y contóme
para sí entre sus enemigos.
12
Vinieron
sus ejércitos
á una,
y trillaron
sobre mí su camino,
y asentaron campo
en derredor
de mi tienda.
13
Hizo alejar de
mí
mis hermanos,
y positivamente se extrañaron de
mí
mis conocidos.
14
Mis parientes
se detuvieron,
y mis conocidos
se olvidaron
de mí.
15
Los moradores
de mi casa
y mis criadas
me tuvieron
por extraño:
forastero
fuí
yo en sus ojos.
16
Llamé
á mi siervo,
y no
respondió;
de mi propia boca
le suplicaba.
17
Mi aliento
vino á ser extraño
á mi mujer,
aunque por los hijos
de mis entrañas
le
rogaba.
18
Aun
los muchachos
me menospreciaron:
en levantándome, hablaban
contra mí.
19
Todos
mis confidentes me aborrecieron;
y los que yo amaba,
se tornaron
contra mí.
20
Mi cuero
y mi carne
se pegaron
á mis huesos;
y he escapado
con la piel
de mis dientes.
21
Oh vosotros mis
amigos, tened
compasión
de mí, tened
compasión
de mí; porque
la mano
de Dios
me
ha tocado.
22
¿Por qué
me perseguís
como Dios,
y no os hartáis de mis carnes?
23
¡Quién
diese
ahora
que mis palabras
fuesen escritas!
¡quién
diese
que se escribieran
en un libro!
24
¡Que con cincel
de hierro
y con plomo
fuesen en piedra
esculpidas
para siempre!
25
Yo
sé
que mi
Redentor
vive,
y al fin
se levantará
sobre
el polvo:
26
Y después
de deshecha
esta mi piel,
aun he de ver
en mi carne
á Dios;
27
Al cual
yo tengo de ver por mí,
y mis
ojos
lo verán,
y no
otro,
aunque
mis
riñones
se consuman
dentro
de mí.
28
Mas
debierais decir:
¿Por qué
lo perseguimos?
ya que la raíz
del negocio
en mí se halla.
29
Temed
vosotros delante
de la espada;
porque
sobreviene
el furor
de la espada
á causa
de las injusticias,
para que sepáis
que hay un juicio.
Reina-Valera 1909 con números de Strong. Cortesía de Rubén Gómez. Utilizado con permiso.
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