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Eclesiastés 5
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Reina-Valera 1909 con números de Strong
1
CUANDO fueres
á
la casa
de Dios,
guarda
tu pie;
y acércate
más para oir
que para dar el sacrificio
de los necios:
porque
no
saben
que hacen
mal.
2
No
te des priesa
con
tu
boca,
ni
tu
corazón
se apresure
á proferir
palabra
delante
de Dios;
porque
Dios
está en el cielo,
y tú
sobre
la tierra:
por
tanto,
sean
pocas
tus
palabras.
3
Porque
de la mucha
ocupación
viene
el sueño,
y de la multitud
de las palabras
la voz
del necio.
4
Cuando á Dios
hicieres
promesa,
no
tardes
en pagarla;
porque
no
se agrada
de los insensatos.
Paga
lo que
prometieres.
5
Mejor
es que
no
prometas,
que no
que prometas
y no
pagues.
6
No
sueltes tu boca
para hacer pecar á tu carne; ni
digas
delante
del ángel,
que fué ignorancia.
¿Por qué
harás que
Dios
se aire á causa de
tu voz,
y que destruya
la obra
de
tus manos?
7
Donde los sueños
son
en multitud, también
lo son
las vanidades
y muchas
las palabras;
mas
tú teme
á Dios.
8
Si
violencias
de pobres,
y extorsión
de derecho
y de justicia
vieres
en la provincia,
no
te maravilles
de esta licencia; porque
alto
está mirando sobre alto,
y
uno
más alto
está
sobre
ellos.
9
Además el provecho
de la tierra
es para todos:
el rey
mismo
está sujeto
á los campos.
10
El que ama
el dinero,
no
se hartará de dinero;
y el que ama
el mucho
tener
, no
sacará
fruto.
También
esto
es vanidad.
11
Cuando los bienes
se aumentan,
también se aumentan
sus comedores. ¿Qué
bien,
pues, tendrá su dueño,
sino ver
los
con sus ojos?
12
Dulce
es el sueño
del trabajador,
ora coma
mucho
ó poco;
mas al rico no
le deja
dormir la hartura.
13
Hay
una trabajosa enfermedad que he visto
debajo
del sol:
las riquezas
guardadas
de sus dueños
para su mal;
14
Las cuales
se pierden
en malas
ocupaciones,
y á los hijos
que engendraron nada
les
queda en la mano.
15
Como
salió
del vientre
de su madre,
desnudo,
así se vuelve,
tornando
como
vino;
y nada
tuvo
de su trabajo
para llevar
en su mano.
16
Este
también
es un gran
mal,
que como vino,
así
haya de volver.
¿Y de qué
le aprovechó
trabajar
al viento?
17
Demás de esto, todos
los días
de su vida comerá
en tinieblas,
con mucho
enojo y dolor
y miseria.
18
He aquí pues
el bien
que
yo
he visto:
Que
lo bueno
es comer
y beber,
y gozar
uno del bien
de todo
su
trabajo
con que
se fatiga
debajo
del sol,
todos
los días
de su
vida
que
Dios
le ha dado;
porque
esta
es su
parte.
19
Asimismo,
á todo
hombre
á quien
Dios
dió
riquezas
y hacienda,
y le
dió también facultad
para que coma
de
ellas,
y tome su
parte, y goce
su
trabajo;
esto
es don
de
Dios.
20
Porque
no
se acordará
mucho
de los días
de su vida;
pues
Dios
le responderá con alegría
de su corazón.
Reina-Valera 1909 con números de Strong. Cortesía de Rubén Gómez. Utilizado con permiso.
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