Reina Valera Gómez 1Entonces respondió Elifaz temanita, y dijo: 2¿Proferirá el sabio vana sabiduría, y llenará su vientre de viento solano? 3¿Disputará con palabras inútiles, y con razones sin provecho? 4Tú también disipas el temor, y menosprecias la oración delante de Dios. 5Porque tu boca declaró tu iniquidad, pues has escogido el hablar de los astutos. 6Tu boca te condenará, y no yo; y tus labios testificarán contra ti. 7¿Naciste tú primero que Adán? ¿O fuiste formado antes que los collados? 8¿Oíste tú el secreto de Dios, que detienes en ti solo la sabiduría? 9¿Qué sabes tú que no sepamos? ¿Qué entiendes que no se halle en nosotros? 10Entre nosotros también hay cabezas canas y hombres viejos, mucho más ancianos que tu padre. 11¿En tan poco tienes las consolaciones de Dios? ¿Tienes acaso alguna cosa oculta cerca de ti? 12¿Por qué te aleja tu corazón, y por qué guiñan tus ojos, 13para que vuelvas tu espíritu contra Dios, y saques tales palabras de tu boca? 14¿Qué es el hombre para que sea limpio, y el nacido de mujer, para que sea justo? 15He aquí que en sus santos no confía, y ni aun los cielos son limpios delante de sus ojos: 16¿Cuánto menos el hombre abominable y vil, que bebe la iniquidad como agua? 17Escúchame; yo te mostraré, y te contaré lo que he visto; 18Lo que los sabios nos contaron de sus padres, y no lo encubrieron; 19A los cuales solamente fue dada la tierra, y no pasó extraño por medio de ellos; 20Todos sus días, el impío es atormentado de dolor, y el número de años es escondido al violento. 21Estruendos espantosos hay en sus oídos; en la prosperidad el destructor vendrá sobre él. 22Él no creerá que ha de volver de las tinieblas, y descubierto está para la espada. 23Vaga alrededor tras del pan, diciendo: ¿Dónde está? Sabe que le está preparado día de tinieblas, a la mano. 24Tribulación y angustia le aterrarán, y se esforzarán contra él como un rey dispuesto para la batalla. 25Por cuanto él extendió su mano contra Dios, y se ensoberbeció contra el Todopoderoso, 26Él le acometerá en la cerviz, en lo grueso de las hombreras de sus escudos: 27Porque cubrió su rostro con su gordura, e hizo pliegues sobre sus ijares; 28Y habitó las ciudades asoladas, las casas inhabitadas, que estaban puestas en ruinas. 29No se enriquecerá, ni sus bienes perdurarán, ni extenderá por la tierra su hermosura. 30No escapará de las tinieblas; la llama secará sus ramas, y con el aliento de su boca perecerá. 31No confíe el iluso en la vanidad; porque ella será su recompensa. 32Él será cortado antes de su tiempo, y sus renuevos no reverdecerán. 33Él perderá su agraz como la vid, y derramará su flor como el olivo. 34Porque la congregación de los hipócritas será asolada, y fuego consumirá las tiendas de soborno. 35Conciben maldad, y dan a luz iniquidad; y sus entrañas traman engaño. |