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Salmos 102
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Reina-Valera 1909 con números de Strong
1
Oración
del pobre, cuando estuviere angustiado,
y delante
de Jehová
derramare su lamento.
JEHOVÁ,
oye mi
oración,
y venga mi
clamor
á ti.
2
No
escondas
de
mí tu rostro:
en el día
de
mi angustia
inclina
á mí tu oído;
el día
que
te
invocare,
apresúrate
á responderme.
3
Porque
mis días
se han consumido
como humo;
y mis huesos
cual tizón
están quemados.
4
Mi corazón
fué herido,
y secóse
como la hierba;
por
lo cual me olvidé
de comer
mi pan.
5
Por la voz
de mi gemido
mis huesos
se han pegado
á mi carne.
6
Soy semejante
al pelícano
del desierto;
soy
como el buho
de las soledades.
7
Velo,
y soy
como el pájaro
solitario
sobre
el tejado.
8
Cada
día
me afrentan
mis enemigos;
los que se enfurecen
contra mí, hanse contra mí conjurado.
9
Por
lo que como
la ceniza
á manera de pan,
y mi bebida
mezclo
con lloro,
10
A causa
de tu enojo
y de tu ira;
pues
me alzaste,
y me has arrojado.
11
Mis
días
son como la sombra
que se va;
y heme secado
como la hierba.
12
Mas tú,
Jehová,
permanecerás
para siempre,
y tu
memoria
para generación
y generación.
13
Tú levantándote, tendrás misericordia
de Sión;
porque
el tiempo
de tener misericordia
de ella, porque
el plazo
es llegado.
14
Porque
tus siervos
aman
sus piedras,
y del polvo
de ella tienen compasión.
15
Entonces temerán
las gentes
el nombre
de Jehová,
y todos
los reyes
de la tierra
tu gloria;
16
Por
cuanto Jehová
habrá edificado
á Sión,
y en su gloria
será visto;
17
Habrá mirado á la oración
de los solitarios, y no
habrá desechado
el ruego
de ellos.
18
Escribirse ha esto
para la generación
venidera:
y el pueblo
que se criará,
alabará
á JAH.
19
Porque
miró
de lo alto
de su santuario;
Jehová
miró
de los cielos
á
la tierra,
20
Para oir
el gemido
de los presos,
para soltar
á los sentenciados
á muerte;
21
Porque cuenten en Sión
el nombre
de Jehová,
y su alabanza
en Jerusalem,
22
Cuando los pueblos
se congregaren en uno,
y los reinos,
para servir
á Jehová.
23
El afligió
mi fuerza
en el camino;
acortó
mis días.
24
Dije:
Dios
mío, no
me cortes
en el medio
de mis días:
por generación
de generaciones
son tus años.
25
Tú fundaste
la tierra
antiguamente, y los cielos
son obra
de tus manos.
26
Ellos
perecerán,
y tú
permanecerás;
y todos
ellos
como un vestido
se envejecerán;
como una ropa de vestir
los
mudarás,
y serán mudados:
27
Mas tú
eres el mismo,
y tus
años
no
se acabarán.
28
Los hijos
de tus siervos
habitarán,
y su simiente
será afirmada delante
de ti.
Reina-Valera 1909 con números de Strong. Cortesía de Rubén Gómez. Utilizado con permiso.
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