Reina Valera Gómez 1«Al Músico principal: sobre Sosanim: Salmo de David» Sálvame, oh Dios, porque las aguas han entrado hasta el alma. 2Estoy hundido en cieno profundo, donde no puedo sentar pie; he venido a abismos de aguas, y la corriente me ha anegado. 3Cansado estoy de llamar; mi garganta se ha enronquecido; han desfallecido mis ojos esperando a mi Dios. 4Más que los cabellos de mi cabeza son los sin causa que me aborrecen; Poderosos son los que quieren destruirme; Sin razón son mis enemigos; he tenido que pagar lo que no he robado. 5Dios, tú sabes mi locura; y mis pecados no te son ocultos. 6No sean avergonzados por mi causa los que esperan en ti, oh Señor Jehová de los ejércitos; no sean confundidos por causa mía los que te buscan, oh Dios de Israel. 7Porque por amor de ti he sufrido afrenta; confusión ha cubierto mi rostro. 8He venido a ser extraño a mis hermanos, y extranjero a los hijos de mi madre. 9Porque me consumió el celo de tu casa; y las afrentas de los que te injuriaban, han caído sobre mí. 10Y lloré afligiendo con ayuno mi alma; y esto me ha sido por afrenta. 11Me puse además cilicio por vestidura; y vine a serles por proverbio. 12Hablaban contra mí los que se sentaban a la puerta, y vine a ser la canción de los bebedores de vino. 862 13Mas yo a ti elevo mi oración, oh Jehová, en tiempo aceptable; oh Dios, por la multitud de tu misericordia, por la verdad de tu salvación, escúchame. 14Sácame del lodo, y no sea yo sumergido; sea yo libertado de los que me aborrecen, y de lo profundo de las aguas. 15No me anegue la corriente de las aguas, ni me trague el abismo, ni el pozo cierre sobre mí su boca. 16Escúchame, oh Jehová, porque benigna es tu misericordia; mírame conforme a la multitud de tus piedades. 17Y no escondas tu rostro de tu siervo; porque estoy angustiado; apresúrate, óyeme. 18Acércate a mi alma, redímela. Líbrame a causa de mis enemigos. 19Tú sabes mi afrenta, y mi confusión, y mi oprobio; delante de ti están todos mis enemigos. 20La afrenta ha quebrantado mi corazón, y estoy acongojado; y esperé quien se compadeciese de mí, y no lo hubo; y consoladores, y ninguno hallé. 21Me pusieron además hiel por comida, y en mi sed me dieron a beber vinagre. 22Que la mesa delante de ellos se convierta en lazo, y lo que era para su bien les sea tropiezo. 23Sean oscurecidos sus ojos para que no vean, y haz vacilar continuamente sus lomos. 24Derrama sobre ellos tu ira, y el furor de tu enojo los alcance. 25Sea su palacio asolado; en sus tiendas no haya morador. 26Porque persiguieron al que tú heriste; y cuentan del dolor de los que tú llagaste. 27Pon maldad sobre su maldad, y no entren en tu justicia. 28Sean raídos del libro de los vivientes, y no sean escritos con los justos. 29Pero yo estoy afligido y quebrantado, tu salvación, oh Dios, me ponga en alto. 30Alabaré yo el nombre de Dios con cántico, con acciones de gracias lo exaltaré. 31Y esto agradará a Jehová más que sacrificio de buey, o becerro que tiene cuernos y pezuñas. 32Los humildes lo verán, y se gozarán. Buscad a Dios, y vivirá vuestro corazón. 33Porque Jehová oye a los menesterosos, y no menosprecia a sus prisioneros. 34Alábenlo los cielos y la tierra, los mares, y todo lo que se mueve en ellos. 35Porque Dios salvará a Sión, y reedificará las ciudades de Judá; y habitarán allí, y la poseerán. 36Y la simiente de sus siervos la heredará, y los que aman su nombre habitarán en ella. |