Reina Valera Gómez 1«Salmo de David» No te impacientes a causa de los malignos, ni tengas envidia de los que hacen iniquidad. 2Porque como el pasto serán pronto cortados, y como la hierba verde se secarán. 3Espera en Jehová, y haz el bien; y vivirás en la tierra, y en verdad serás alimentado. 4Deléitate asimismo en Jehová, y Él te concederá las peticiones de tu corazón. 5Encomienda a Jehová tu camino, y confía en Él; y Él hará. 6Y exhibirá tu justicia como la luz, y tu derecho como el mediodía. 7Guarda silencio ante Jehová, y espera en Él: No te alteres con motivo del que prospera en su camino, por causa del hombre que hace maldades. 8Deja la ira, y depón el enojo; no te excites en manera alguna a hacer lo malo. 9Porque los malignos serán talados, mas los que esperan en Jehová, ellos heredarán la tierra. 10Pues de aquí a poco no existirá el malo; y contemplarás sobre su lugar, y ya no estará. 11Pero los mansos heredarán la tierra, y se recrearán con abundancia de paz. 12Maquina el impío contra el justo, y cruje sobre él sus dientes. 13El Señor se reirá de él; porque ve que viene su día. 14Los impíos han desenvainado la espada y entesado su arco, para derribar al pobre y al menesteroso, para matar a los de recto proceder. 15La espada de ellos entrará en su mismo corazón, y su arco será quebrado. 16Mejor es lo poco del justo, que las riquezas de muchos pecadores. 17Porque los brazos de los impíos serán quebrados; Pero Jehová sostiene a los justos. 18Conoce Jehová los días de los perfectos; y la heredad de ellos será para siempre. 19No serán avergonzados en el mal tiempo; y en los días de hambre serán saciados. 20Mas los impíos perecerán, y los enemigos de Jehová como la grasa de los carneros serán consumidos; se disiparán como humo. 21El impío toma prestado, y no paga; mas el justo tiene misericordia, y da. 22Porque los bendecidos de Él heredarán la tierra; y los maldecidos por Él serán talados. 23Por Jehová son ordenados los pasos del hombre, y Él aprueba su camino. 24Cuando cayere, no quedará postrado; porque Jehová sostiene su mano. 25Joven fui, y he envejecido, y no he visto justo desamparado, ni a su simiente mendigando pan. 26En todo tiempo tiene misericordia, y presta; y su simiente es para bendición. 27Apártate del mal, y haz el bien, y vivirás para siempre. 28Porque Jehová ama la rectitud, y no desampara a sus santos; para siempre serán guardados; mas la simiente de los impíos será cortada. 29Los justos heredarán la tierra, y vivirán para siempre sobre ella. 30La boca del justo hablará sabiduría; y su lengua pronunciará juicio. 31La ley de su Dios está en su corazón; No vacilarán sus pasos. 32Acecha el impío al justo, y procura matarlo. 33Jehová no lo dejará en sus manos, ni lo condenará cuando sea juzgado. 34Espera en Jehová, y guarda su camino, y Él te exaltará para heredar la tierra: Cuando sean talados los pecadores, lo verás. 35Vi yo al impío sumamente enaltecido, y que se extendía como un laurel verde; 36pero pasó, y he aquí ya no estaba; lo busqué, y no fue hallado. 37Considera al íntegro, y mira al justo; porque la postrimería de ellos es paz. 38Mas los transgresores serán todos a una destruidos; la postrimería de los impíos será talada. 39Pero la salvación de los justos viene de Jehová; Él es su fortaleza en el tiempo de la angustia. 40Jehová los ayudará, y los librará; los librará de los impíos, y los salvará, por cuanto en Él confiaron. |