Biblia Jubileo 2000 1Rebosa mi corazón palabra buena; yo digo en mis obras del Rey; mi lengua es pluma de escribiente muy ligero. 2Te has hermoseado más que los hijos de los hombres; la gracia se derramó en tus labios; por tanto Dios te ha bendecido para siempre. 3Cíñete tu espada sobre el muslo, oh valiente, con tu gloria y con tu hermosura. 4Y con tu hermosura sé prosperado; cabalga sobre palabra de verdad, y de humildad, y de justicia; y tu diestra te enseñará cosas terribles. 5Tus saetas agudas con que caerán pueblos debajo de ti, penetrarán en el corazón de los enemigos del Rey. 6Tu trono, oh Dios, eterno y para siempre; vara de justicia, la vara de tu reino. 7Amaste la justicia y aborreciste la maldad; por tanto te ungió Dios, el Dios tuyo, con óleo de gozo más que a tus compañeros. 8Mirra, áloe, y casia exhalan todos tus vestidos; desde palacios de marfil te alegraron. 9Hijas de reyes entre tus ilustres; está la reina a tu diestra con corona de oro finísimo de Ofir. 10Oye, hija, y mira, e inclina tu oído; y olvida tu pueblo, y la casa de tu padre; 11y deseará el Rey tu hermosura; e inclínate a él, porque él es tu Señor. 12Y las hijas de Tiro con presente; aun los ricos del pueblo suplicarán tu favor. 13Toda ilustre es de dentro la hija del rey; de brocado de oro es su vestido. 14Con vestidos bordados será llevada al Rey; vírgenes en pos de ella; sus compañeras serán traídas a ti. 15Serán traídas con alegría y gozo; entrarán en el palacio del Rey. 16En lugar de tus padres serán tus hijos, a quienes harás príncipes en toda la tierra. 17Haré perpetua la memoria de tu nombre en todas las generaciones; por lo cual pueblos te alabarán eternamente y para siempre. |