Reina Valera Gómez 1«Al Músico principal: sobre No destruyas: Mictam de David, cuando envió Saúl, y guardaron la casa para matarlo» Líbrame de mis enemigos, oh Dios mío; ponme a salvo de los que contra mí se levantan. 2Líbrame de los obradores de iniquidad, y sálvame de hombres sanguinarios. 3Porque he aquí están acechando mi vida; se han juntado contra mí poderosos, no por falta mía, ni pecado mío, oh Jehová. 4Sin delito mío, corren y se aperciben; despierta para ayudarme, y mira. 5Y tú, Jehová Dios de los ejércitos, Dios de Israel, despierta para castigar a todas las naciones; no tengas misericordia de todos los que se rebelan con iniquidad. (Selah) 6Volverán a la tarde, ladrarán como perros, y rodearán la ciudad. 7He aquí proferirán con su boca; espadas hay en sus labios, porque dicen: ¿Quién oye? 8Mas tú, oh Jehová, te reirás de ellos, te burlarás de todas las gentes. 9A causa de su fuerza, esperaré yo en ti; porque Dios es mi defensa. 10El Dios de mi misericordia irá delante de mí: Dios perimitirá que yo vea en mis enemigos mi deseo. 11No los mates, para que mi pueblo no se olvide; Dispérsalos con tu poder, y abátelos, oh Jehová, escudo nuestro, 12por el pecado de su boca, por la palabra de sus labios; sean presos por su soberbia, y por la maldición y mentira que profieren. 13Acábalos con furor, acábalos, y dejen de ser; y sepan que Dios domina en Jacob hasta los fines de la tierra. (Selah) 14Vuelvan, pues, a la tarde, y ladren como perros, y rodeen la ciudad. 15Anden ellos errantes para hallar qué comer; y si no se saciaren, murmuren. 16Pero yo cantaré de tu poder, y alabaré de mañana tu misericordia: Porque has sido mi amparo y refugio en el día de mi angustia. 17Fortaleza mía, a ti cantaré; porque eres, oh Dios de mi refugio, el Dios de mi misericordia. |