Reina Valera Gómez 1«Al Músico principal: sobre No destruyas: Mictam de David» Oh congregación, ¿pronunciáis en verdad justicia? ¿Juzgáis rectamente, hijos de los hombres? 2Antes con el corazón obráis iniquidades: Hacéis pesar la violencia de vuestras manos en la tierra. 3Se apartaron los impíos desde la matriz; se descarriaron desde el momento en que nacieron, hablando mentira. 4Veneno tienen semejante al veneno de serpiente; son como áspid sordo que cierra su oído; 5que no oye la voz de los encantadores, por más hábil que el encantador sea. 6Oh Dios, quiebra sus dientes en sus bocas; quiebra, oh Jehová, las muelas de los leoncillos. 7Escúrranse como aguas que se van de suyo; al entesar sus saetas, luego sean hechas pedazos. 8Pasen ellos como el caracol que se deslíe; como el abortivo de mujer, no vean el sol. 9Antes que vuestras ollas sientan las espinas, así vivos, así airados, los arrebatará Él con tempestad. 10Se alegrará el justo cuando viere la venganza; sus pies lavará en la sangre del impío. 11Entonces dirá el hombre: Ciertamente hay recompensa para el justo; ciertamente hay Dios que juzga en la tierra. |