Biblia Jubileo 2000 1Y aconteció en aquellos días que salió edicto de parte de Augusto César, que toda la tierra fuera empadronada.
2Este empadronamiento primero fue hecho siendo Cirenio gobernador de Siria.
3E iban todos para ser empadronados, cada uno a su ciudad.
4Y subió José de Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por cuanto era de la casa y familia de David;
5Para ser empadronado con María su mujer, desposada con él, la cual estaba encinta.
6Y aconteció que estando ellos allí, se cumplieron los días de su alumbramiento.
7Y dio a luz a su hijo primogénito, y le envolvió en pañales, y le acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón. 8Y había pastores en la misma tierra, que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño. 9Y he aquí el ángel del Señor vino sobre ellos, y la claridad de Dios los cercó de resplandor; y tuvieron gran temor. 10Mas el ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os doy evangelio de gran gozo, que será a todo el pueblo; 11que os es nacido hoy Salvador, que es Cristo, el Señor, en la ciudad de David. 12Y esto os será por señal: hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre. 13Y repentinamente hubo con el ángel una multitud de los ejércitos celestiales, que alababan a Dios, y decían: 14Gloria en las alturas a Dios, Y en la tierra paz, y en el hombre buena voluntad. 15Y aconteció que cuando los ángeles se fueron de ellos al cielo, los pastores dijeron los unos a los otros: Pasemos pues hasta Belén, y veamos esto que ha acontecido, y el Señor nos ha mostrado. 16Y vinieron aprisa, y hallaron a María, y a José, y al niño acostado en el pesebre. 17Y viéndolo, hicieron notorio lo que les había sido dicho del niño. 18Y todos los que oyeron, se maravillaron de lo que los pastores les decían. 19Mas María guardaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón. 20Y se volvieron los pastores glorificando y alabando a Dios de todas las cosas que habían oído y visto, como les había sido dicho. 21Y pasados los ocho días para circuncidar al niño, llamaron su nombre JESÚS; el cual le fue puesto por el ángel antes que él fuera concebido en el vientre. 22Y cuando se cumplieron los días de su purificación, conforme a la ley de Moisés, le trajeron a Jerusalén para presentarle al Señor, 23(Como está escrito en la ley del Señor: Todo varón que abriere la matriz, será santo al Señor), 24y para dar la ofrenda, conforme a lo que está dicho en la ley del Señor: un par de tórtolas, o dos palominos. 25Y he aquí, había un hombre en Jerusalén, llamado Simeón, y este hombre, justo y pío, esperaba la consolación de Israel; y el Espíritu Santo era sobre él. 26Y había recibido respuesta del Espíritu Santo, que no vería la muerte antes que viera al Cristo del Señor. 27Y vino por el Espíritu al templo. Y cuando sus padres trajeron al niño Jesús al Templo, para hacer por él conforme a la costumbre de la ley. 28Entonces él le tomó en sus brazos, y bendijo a Dios, y dijo: 29Ahora despides, Señor, a tu siervo, Conforme a tu palabra, en paz; 30porque han visto mis ojos tu Salud, 31la cual has aparejado en presencia de todos los pueblos; 32lumbre para ser revelada a los gentiles, y la gloria de tu pueblo Israel. 33Y José y su madre estaban maravillados de las cosas que se decían de él. 34Y los bendijo Simeón, y dijo a su madre María: He aquí, éste es puesto para caída y para levantamiento de muchos en Israel; y para señal a la que será contradicho; 35(y una espada traspasará tu misma alma), para que sean manifestados los pensamientos de muchos corazones. 36Estaba también allí Ana, profetisa, hija de Fanuel, de la tribu de Aser; la cual había venido en grande edad, y había vivido con su marido siete años desde su virginidad; 37y era viuda hacía ochenta y cuatro años, que no se apartaba del Templo, sirviendo de noche y de día con ayunos y oraciones. 38Y ésta, sobreviniendo en la misma hora, juntamente confesaba al Señor, y hablaba de él a todos los que esperaban la redención en Jerusalén. 39Y cuando cumplieron todas las cosas según la ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. 40Y el niño crecía, y era confortado del Espíritu, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios era sobre él. 41E iban sus padres todos los años a Jerusalén en la fiesta de la Pascua. 42Y cuando fue de doce años, subieron ellos a Jerusalén conforme a la costumbre de la Fiesta. 43Y acabados los días, volviendo ellos, se quedó el niño Jesús en Jerusalén, sin saberlo José y su madre. 44Y pensando que estaba en la compañía, anduvieron camino de un día; y le buscaban entre los parientes y entre los conocidos; 45mas como no le hallaron, volvieron a Jerusalén buscándole. 46Y aconteció, que después de tres días le hallaron en el Templo, sentado en medio de los doctores, oyéndoles y preguntándoles. 47Y todos los que le oían, estaban fuera de sí de su entendimiento y de sus respuestas. 48Y cuando le vieron, se sorprendieron; y le dijo su madre: Hijo, ¿por qué nos has hecho así? He aquí, tu padre y yo te hemos buscado con dolor. 49Entonces él les dice: ¿Qué hay? ¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que en los negocios que son de mi Padre me conviene estar? 50Mas ellos no entendieron la palabra que les habló. 51Y descendió con ellos, y vino a Nazaret, y estaba sujeto a ellos. Y su madre guardaba todas estas cosas en su corazón. 52Y Jesús crecía en sabiduría, y en edad, y en gracia para con Dios y los hombres. |