Reina Valera Gómez 1«Al Músico principal: Salmo de David» Oh Jehová, tú me has examinado y conocido. 2Tú conoces mi sentarme y mi levantarme, desde lejos entiendes mis pensamientos. 3Mi andar y mi acostarme has rodeado, y todos mis caminos te son conocidos. 4Pues aún no está la palabra en mi lengua, y he aquí, oh Jehová, tú la sabes toda. 5Detrás y delante me has rodeado, y sobre mí pusiste tu mano. 6Tal conocimiento es muy maravilloso para mí; alto es, no lo puedo comprender. 7¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿O a dónde huiré de tu presencia? 8Si subiere al cielo, allí estás tú; y si en el infierno hiciere mi lecho, he aquí allí tú estás. 9Si tomare las alas del alba, y habitare en el extremo del mar, 10aun allí me guiará tu mano, y me asirá tu diestra. 11Si dijere: Ciertamente las tinieblas me encubrirán; aun la noche resplandecerá alrededor de mí. 12Aun las tinieblas no encubren de ti, y la noche resplandece como el día: lo mismo te son las tinieblas que la luz. 13Porque tú formaste mis riñones; me cubriste en el vientre de mi madre. 14Te alabaré, porque formidable y maravillosamente me formaste; maravillosas son tus obras, y mi alma lo sabe muy bien. 15No fue encubierto de ti mi cuerpo, bien que en secreto fui formado, y entretejido en lo más profundo de la tierra. 16Mi embrión vieron tus ojos, siendo aún imperfecto; y en tu libro estaban escritos todos mis miembros, que fueron luego formados, cuando aún no existía ni uno de ellos. 17¡Qué preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos! ¡Cuán grande es la suma de ellos! 18Si los contara, serían más numerosos que la arena; al despertar aún estoy contigo. 19De cierto, oh Dios, matarás al impío; apartaos, pues, de mí, hombres sanguinarios. 20Porque blasfemias dicen ellos contra ti; tus enemigos toman en vano tu nombre. 21¿No odio, oh Jehová, a los que te aborrecen, y me enardezco contra tus enemigos? 22Los aborrezco con perfecto odio; los tengo por enemigos. 23Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos: 24Y ve si hay en mí camino de perversidad, y guíame en el camino eterno. |