Reina Valera Gómez 1«Salmo de David, cuando mudó su semblante delante de Abimelec, y él lo echó, y se fue» Bendeciré a Jehová en todo tiempo; su alabanza estará siempre en mi boca. 2En Jehová se gloriará mi alma; lo oirán los mansos, y se alegrarán. 3Engrandeced a Jehová conmigo, y exaltemos a una su nombre. 4Busqué a Jehová, y Él me oyó, y me libró de todos mis temores. 5Los que a Él miraron fueron alumbrados; y sus rostros no fueron avergonzados. 6Este pobre clamó, y le oyó Jehová, y lo libró de todas sus angustias. 7El ángel de Jehová acampa en derredor de los que le temen, y los defiende. 8Gustad, y ved que es bueno Jehová: Dichoso el hombre que en Él confía. 9Temed a Jehová, vosotros sus santos; porque nada falta a los que le temen. 10Los leoncillos necesitan, y tienen hambre; pero los que buscan a Jehová, no tendrán falta de ningún bien. 11Venid, hijos, oídme; el temor de Jehová os enseñaré. 12¿Quién es el hombre que desea vida, que desea muchos días para ver el bien? 13Guarda tu lengua del mal, y tus labios de hablar engaño. 14Apártate del mal, y haz el bien; Busca la paz, y síguela. 15Los ojos de Jehová están sobre los justos, y atentos sus oídos al clamor de ellos. 16La ira de Jehová contra los que hacen mal, para cortar de la tierra la memoria de ellos. 17Claman los justos, y Jehová los oye, y los libra de todas sus angustias. 18Cercano está Jehová a los quebrantados de corazón; y salvará a los contritos de espíritu. 19Muchas son las aflicciones del justo; pero de todas ellas lo librará Jehová. 20Él guarda todos sus huesos; ni uno de ellos será quebrantado. 21Matará al malo la maldad; y los que aborrecen al justo serán asolados. 22Jehová redime el alma de sus siervos; y no serán desolados cuantos en Él confían. |