Reina Valera Gómez 1Oíd, hijos, la instrucción de un padre, y estad atentos, para que conozcáis cordura. 2Porque os doy buena enseñanza; no desamparéis mi ley. 3Porque yo fui hijo para mi padre, delicado y único a los ojos de mi madre. 4Y él me enseñaba, y me decía: Retenga tu corazón mis palabras, guarda mis mandamientos, y vivirás. 5Adquiere sabiduría, adquiere inteligencia; no te olvides ni te apartes de las palabras de mi boca: 6No la dejes, y ella te guardará; ámala, y ella te conservará. 7Sabiduría ante todo; adquiere sabiduría; y con toda tu posesión adquiere inteligencia. 8Engrandécela, y ella te engrandecerá; ella te honrará, cuando tú la hubieres abrazado. 9Adorno de gracia dará a tu cabeza; corona de hermosura te entregará. 10Oye, hijo mío, y recibe mis razones, y se te multiplicarán años de vida. 11Por el camino de la sabiduría te he encaminado, y por veredas derechas te he hecho andar. 12Cuando anduvieres no se estrecharán tus pasos; y si corrieres, no tropezarás. 13Retén la instrucción, no la dejes; guárdala, porque ella es tu vida. 14No entres en la senda de los impíos, ni vayas por el camino de los malos. 15Déjala, no pases por ella; apártate de ella, sigue adelante. 16Porque no duermen ellos, si no han hecho mal, y pierden su sueño, si no han hecho caer a alguno. 17Porque comen pan de maldad, y beben vino de violencia. 18Mas la senda de los justos es como la luz de la aurora, que va en aumento hasta que el día es perfecto. 19El camino de los impíos es como la oscuridad; no saben en qué tropiezan. 20Hijo mío, está atento a mis palabras; inclina tu oído a mis razones. 21No se aparten de tus ojos; guárdalas en medio de tu corazón. 22Porque son vida a los que las hallan, y medicina a todo su cuerpo. 23Sobre toda cosa guardada guarda tu corazón; porque de él mana la vida. 24Aparta de ti la perversidad de la boca, y aleja de ti los labios inicuos. 25Tus ojos miren lo recto, y tus párpados vean derecho delante de ti. 26Examina la senda de tus pies, y todos tus caminos sean ordenados. 27No te apartes a derecha, ni a izquierda; aparta tu pie del mal. |