Reina Valera Gómez 1Llegaron, pues, los dos ángeles a Sodoma a la caída de la tarde; y Lot estaba sentado a la puerta de Sodoma. Y viéndolos Lot, se levantó a recibirlos, y se inclinó hacia el suelo;
2Y dijo: Señores míos, he aquí os ruego que vengáis a casa de vuestro siervo y paséis en ella la noche, y lavaréis vuestros pies; y por la mañana os levantaréis y seguiréis vuestro camino. Y ellos respondieron: No, sino que en la plaza pasaremos la noche.
3Mas él porfió con ellos mucho, y se vinieron con él, y entraron en su casa; y les hizo banquete, y coció panes sin levadura y comieron.
4Pero antes que se acostasen, rodearon la casa los hombres de la ciudad, los varones de Sodoma, todo el pueblo junto, desde el más joven hasta el más viejo.
5Y llamaron a Lot, y le dijeron: ¿Dónde están los varones que vinieron a ti esta noche? Sácalos, para que los conozcamos.
6Entonces Lot salió a ellos a la puerta, y cerró las puertas tras sí,
7y dijo: Os ruego, hermanos míos, que no hagáis tal maldad.
8He aquí ahora yo tengo dos hijas que no han conocido varón; os las sacaré fuera, y haced de ellas como bien os pareciere; solamente a estos varones no hagáis nada, pues que vinieron a la sombra de mi tejado.
9Y ellos respondieron: Quita allá; y añadieron: Vino éste aquí para habitar como un extraño, ¿y habrá de erigirse en juez? Ahora te haremos más mal que a ellos. Y hacían gran violencia al varón, a Lot, y se acercaron para romper la puerta.
10Entonces los varones alargaron la mano, y metieron a Lot en casa con ellos, y cerraron la puerta.
11Y a los hombres que estaban a la puerta de la casa desde el menor hasta el mayor, hirieron con ceguera; de modo que ellos se fatigaban buscando la puerta. 12Y dijeron los varones a Lot: ¿Tienes aquí alguno más? Yernos, y tus hijos y tus hijas, y todo lo que tienes en la ciudad, sácalo de este lugar: 13Porque vamos a destruir este lugar, por cuanto el clamor de ellos ha subido de punto delante de Jehová; por tanto, Jehová nos ha enviado para destruirlo. 14Entonces salió Lot, y habló a sus yernos, los que habían de tomar sus hijas, y les dijo: Levantaos, salid de este lugar; porque Jehová va a destruir esta ciudad. Mas pareció a sus yernos como que se burlaba. 15Y al rayar el alba, los ángeles daban prisa a Lot, diciendo: Levántate, toma tu esposa, y tus dos hijas que se hallan aquí, para que no perezcas en el castigo de la ciudad. 16Y deteniéndose él, los varones asieron de su mano, y de la mano de su esposa, y de las manos de sus dos hijas según la misericordia de Jehová para con él; y le sacaron, y le pusieron fuera de la ciudad. 17Y fue que cuando los hubo llevado fuera, dijo: Escapa por tu vida; no mires tras ti, ni pares en toda esta llanura; escapa al monte, no sea que perezcas. 18Pero Lot les dijo: No, yo te ruego, mi Señor. 19He aquí ahora ha hallado tu siervo gracia en tus ojos, y has engrandecido tu misericordia que has hecho conmigo dándome la vida; mas yo no podré escapar al monte, no sea que me alcance el mal y muera. 20He aquí ahora esta ciudad está cerca para huir allá, la cual es pequeña; escaparé ahora allá (¿no es ella pequeña?), y vivirá mi alma. 21Y le respondió: He aquí he recibido también tu súplica sobre esto, y no destruiré la ciudad de que has hablado. 22Date prisa, escápate allá; porque nada podré hacer hasta que hayas llegado allí. Por esto fue llamado el nombre de la ciudad, Zoar. 23El sol salía sobre la tierra, cuando Lot llegó a Zoar. 24Entonces Jehová hizo llover sobre Sodoma y sobre Gomorra azufre y fuego de parte de Jehová desde los cielos; 25y destruyó las ciudades, y toda aquella llanura, con todos los moradores de aquellas ciudades, y el fruto de la tierra. 26Entonces la esposa de Lot miró atrás, a espaldas de él, y se volvió estatua de sal. 27Y subió Abraham por la mañana al lugar donde había estado delante de Jehová: 28Y miró hacia Sodoma y Gomorra, y hacia toda la tierra de aquella llanura miró; y he aquí que el humo subía de la tierra como el humo de un horno. 29Así fue que, cuando destruyó Dios las ciudades de la llanura, se acordó Dios de Abraham, y envió fuera a Lot de en medio de la destrucción, al asolar las ciudades donde Lot estaba. 30Pero Lot subió de Zoar, y asentó en el monte, y sus dos hijas con él; porque tuvo miedo de quedar en Zoar, y habitó en una cueva él y sus dos hijas. 31Entonces la mayor dijo a la menor: Nuestro padre es viejo, y no queda varón en la tierra que entre a nosotras conforme a la costumbre de toda la tierra: 32Ven, demos a beber vino a nuestro padre, y acostémonos con él, y conservaremos de nuestro padre descendencia. 33Y dieron a beber vino a su padre aquella noche; y entró la mayor, y se acostó con su padre; mas él no sintió cuando se acostó ella, ni cuando se levantó. 34Y aconteció que al día siguiente dijo la mayor a la menor: He aquí que anoche yo me acosté con mi padre; démosle a beber vino también esta noche, y entra y acuéstate con él, para que conservemos de nuestro padre descendencia. 35Y dieron a beber vino a su padre también aquella noche; y se levantó la menor, y se acostó con él; y él no se dio cuenta cuando se acostó ella, ni cuando se levantó. 36Y concibieron las dos hijas de Lot, de su padre. 37Y la mayor dio a luz un hijo, y llamó su nombre Moab, el cual es padre de los moabitas hasta hoy. 38La menor también dio a luz un hijo, y llamó su nombre Ben-amí, el cual es padre de los amonitas hasta hoy. |