Capítulos Paralelos 1¡Oh, si rasgaras los cielos y descendieras, si los montes se estremecieran ante tu presencia | 1¡Oh, si rasgaras los cielos y descendieras! Si los montes se estremecieran ante Tu presencia | 1¡Oh si rompiese los cielos, y descendieras, y a tu presencia se escurriesen los montes, |
2(como el fuego enciende el matorral, como el fuego hace hervir el agua), para dar a conocer tu nombre a tus adversarios, para que ante tu presencia tiemblen las naciones! | 2(como el fuego enciende el matorral, como el fuego hace hervir el agua), Para dar a conocer Tu nombre a Tus adversarios, Para que ante Tu presencia tiemblen las naciones! | 2como fuego abrasador de fundiciones, fuego que hace hervir las aguas, para que hicieras notorio tu nombre a tus enemigos, y las naciones temblasen a tu presencia! |
3Cuando hiciste cosas terribles que no esperábamos, y descendiste, los montes se estremecieron ante tu presencia. | 3Cuando hiciste cosas terribles que no esperábamos, Y descendiste, los montes se estremecieron ante Tu presencia. | 3Cuando hiciste cosas terribles, cuales nunca esperábamos, y descendiste, se deslizaron los montes ante tu presencia. |
4Desde la antigüedad no habían escuchado ni dado oídos, ni el ojo había visto a un Dios fuera de ti que obrara a favor del que esperaba en El. | 4Desde la antigüedad no habían escuchado ni puesto atención, Ni el ojo había visto a un Dios fuera de Ti Que obrara a favor del que esperaba en El. | 4Porque desde el principio del mundo no se ha escuchado, ni oído ha percibido, ni ojo ha visto a Dios fuera de ti, que hiciese por el que en Él espera. |
5Sales al encuentro del que se regocija y practica la justicia, de los que se acuerdan de ti en tus caminos. He aquí, te enojaste porque pecamos; continuamos en los pecados por mucho tiempo, ¿y seremos salvos? | 5Sales al encuentro del que se regocija en practicar la justicia, De los que se acuerdan de Ti en Tus caminos. Pero Te enojaste porque pecamos; Continuamos en los pecados por mucho tiempo, ¿Y seremos salvos? | 5Saliste al encuentro del que con alegría hacía justicia, de los que se acordaban de ti en tus caminos (he aquí, tú te enojaste cuando pecamos), en ellos hay perpetuidad, y seremos salvos. |
6Todos nosotros somos como el inmundo, y como trapo de inmundicia todas nuestras obras justas; todos nos marchitamos como una hoja, y nuestras iniquidades, como el viento, nos arrastran. | 6Todos nosotros somos como el inmundo, Y como trapo de inmundicia todas nuestras obras justas. Todos nos marchitamos como una hoja, Y nuestras iniquidades, como el viento, nos arrastran. | 6Si bien todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia; y caímos todos nosotros como la hoja, y nuestras maldades nos llevaron como viento. |
7Y no hay quien invoque tu nombre, quien se despierte para asirse de ti; porque has escondido tu rostro de nosotros y nos has entregado al poder de nuestras iniquidades. | 7Y no hay quien invoque Tu nombre, Quien se despierte para agarrarse de Ti. Porque has escondido Tu rostro de nosotros Y nos has entregado al poder de nuestras iniquidades. | 7Y nadie hay que invoque tu nombre, que se despierte para asirse de ti; por lo cual escondiste de nosotros tu rostro, y nos dejaste marchitar en poder de nuestras maldades. |
8Mas ahora, oh SEÑOR, tú eres nuestro Padre, nosotros el barro, y tú nuestro alfarero; obra de tus manos somos todos nosotros. | 8Pero ahora, oh SEÑOR, Tú eres nuestro Padre, Nosotros el barro, y Tú nuestro alfarero; Obra de Tus manos somos todos nosotros. | 8Ahora pues, Jehová, tú eres nuestro Padre; nosotros barro, y tú el que nos formaste; así que obra de tus manos somos todos nosotros. |
9No te enojes en exceso, oh SEÑOR, ni para siempre te acuerdes de la iniquidad; he aquí, mira, te rogamos, todos nosotros somos tu pueblo. | 9No Te enojes en exceso, oh SEÑOR, Ni para siempre Te acuerdes de la iniquidad. Mira, Te rogamos, todos nosotros somos Tu pueblo. | 9No te enojes sobremanera, oh Jehová, ni tengas perpetua memoria de la iniquidad; he aquí mira ahora, pueblo tuyo somos todos nosotros. |
10Tus ciudades santas se han vuelto un desierto; Sion se ha convertido en un desierto, Jerusalén en una desolación. | 10Tus ciudades santas se han vuelto un desierto; Sion se ha convertido en un desierto, Jerusalén en una desolación. | 10Tus santas ciudades están desiertas, Sión es un desierto, Jerusalén una soledad. |
11Nuestra casa santa y hermosa donde te alababan nuestros padres, ha sido quemada por el fuego y todas nuestras cosas preciosas se han convertido en ruinas. | 11Nuestra casa santa y hermosa Donde Te alababan nuestros padres, Ha sido quemada por el fuego Y todas nuestras cosas preciosas se han convertido en ruinas. | 11La casa de nuestro santuario y de nuestra gloria, en la cual te alabaron nuestros padres, fue consumida por el fuego; y todas nuestras cosas preciosas han sido destruidas. |
12¿Te contendrás ante estas cosas, oh SEÑOR? ¿Guardarás silencio y nos afligirás sin medida? | 12¿Te detendrás ante estas cosas, oh SEÑOR? ¿Guardarás silencio y nos afligirás sin medida? | 12¿Te estarás quieto, oh Jehová, sobre estas cosas? ¿Callarás, y nos afligirás sobremanera? |
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