Salmos 144
Biblia Jubileo 2000
1Bendito sea el SEÑOR, mi roca, que enseña mis manos a la batalla, y mis dedos a la guerra.

2Misericordia mía y mi castillo, altura mía y mi libertador, escudo mío, en quien he confiado; el que allana mi pueblo delante de mí.

3Oh SEÑOR, ¿qué es el hombre, que lo conoces? ¿O el hijo del hombre, para que lo estimes?

4El hombre es semejante a la vanidad; sus días son como la sombra que pasa.

5Oh SEÑOR, abaja tus cielos y desciende; toca los montes, y humeen.

6Despide relámpagos, y disípalos, envía tus saetas, y contúrbalos.

7Envía tu mano desde lo alto; redímeme, y sácame de las muchas aguas, de la mano de los hijos extraños;

8cuya boca habla vanidad, y su diestra es diestra de mentira.

9 Oh Dios, a ti cantaré canción nueva; con salterio, con decacordio cantaré a ti.

10, el que da salvación a los reyes, el que redime a David su siervo de maligna espada.

11Redímeme, y sálvame de mano de los hijos extraños, cuya boca habla vanidad, y su diestra es diestra de mentira.

12Que nuestros hijos sean como plantas crecidas en su juventud; nuestras hijas como las esquinas labradas a manera de las de un palacio;

13nuestros graneros llenos, provistos de toda suerte de grano; nuestros ganados, que paran a millares y diez millares en nuestras plazas;

14que nuestros bueyes estén fuertes para el trabajo; que no tengamos asalto, ni que hacer salida, ni queja en nuestras plazas.

15Bienaventurado el pueblo que tiene esto; bienaventurado el pueblo cuyo Dios es el SEÑOR.

Psalm 143
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