Salmos 60:7
Mío es Galaad, mío es Manasés, Efraín es el yelmo de mi cabeza, Judá es mi cetro.
60:6-12 Si Cristo es nuestro, todas las cosas, de una manera u otra, serán para nuestro bien eterno. El hombre que es una nueva criatura en Cristo, puede regocijarse en todas las preciosas promesas que Dios ha dicho en su santuario. Sus actuales privilegios y las influencias en santificación del Espíritu, son seguras arras de la gloria celestial. David se regocija en la conquista de las naciones vecinas, que habían sido enemigos de Israel. El Israel de Dios por medio de Cristo son más que vencedores. Aunque a veces piensan que el Señor los ha desechado, sin embargo, les traerá a la ciudad fortificada en el último. La fe en la promesa nos asegura que es la buena voluntad de nuestro Padre que nos dé el reino: Pero todavía no están hechos conquistadores completos, y ningún creyente verdadero abusará de estas verdades para disfrutar pereza, o la vana confianza. La esperanza en Dios es el mejor principio de la verdadera valentía, por lo que necesitan las personas que tienen miedo a Dios de su lado? Todas nuestras victorias son de él, y mientras que los que voluntariamente se someten a nuestro Rey ungido compartirán sus glorias, todos sus enemigos serán puestos bajo sus pies.

Salmos 60 Comentario de Matthew Henry, traducido del Inglés

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Las citas Bíblicas son tomadas de La Biblia de las Américas © 1986, 1995, 1997 by The Lockman Foundation, La Habra, Calif, //www.lockman.org. Usadas con permiso.
Salmos 60:6
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