Proverbios 3:7
No seas sabio a tus propios ojos, teme al SEÑOR y apártate del mal.
3:7-12 No hay mayor enemigo para el temor del Señor en el corazón, de la arrogancia de nuestra propia sabiduría. La prudencia y sobriedad que enseña religión, tienden no sólo a la salud del alma, sino a la salud del cuerpo. La riqueza mundana es pero pobre de sustancias, sin embargo, tal como es, debemos honrar a Dios con él; y los que hacen el bien con lo que tienen, tendrán más que ver más bien con. Si el Señor nos visite con pruebas y enfermedad, no olvidemos que la exhortación nos habla como a los niños, para nuestro bien. No debemos desmayar en virtud de una aflicción, aunque sea muy pesado y largo, no dejarnos llevar a la desesperación, ni utilizamos medios equivocados para el alivio. El padre al hijo a quien ama, porque lo ama, y desea que llegue a ser sabio y bueno. Las aflicciones son tan lejos de hacer hijos de Dios a cualquier daño, que, por la gracia de Dios, que promueven su santidad.

Proverbios 3 Comentario de Matthew Henry, traducido del Inglés

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Las citas Bíblicas son tomadas de La Biblia de las Américas © 1986, 1995, 1997 by The Lockman Foundation, La Habra, Calif, //www.lockman.org. Usadas con permiso.
Proverbios 3:6
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