Malaquías 3
Comentario de Matthew Henry
3:1-6 Las primeras palabras de este capítulo parece una respuesta a los que se burlan de aquellos días. Aquí es una profecía de la venida de Juan el Bautista. Es precursor de Cristo. Él preparará el camino delante de él, llamando a los hombres al arrepentimiento. El Mesías había sido pedido desde hace tiempo, aquel que había de venir, y ahora en breve vendrá. Él es el ángel del pacto. Aquellos que buscan a Jesús, hallarán placer en él, a menudo cuando no buscaba. El Señor Jesús, prepara el corazón del pecador para ser su templo, por el ministerio de la palabra y las convicciones de su Espíritu, y él entra en ella como el Mensajero de la paz y de consuelo. No hipócrita o formalista pueden sufrir su doctrina, o de pie ante su tribunal. Cristo vino a distinguir a los hombres, para separar entre lo precioso y lo vil. Él se sentará como un refinador. Cristo, por su Evangelio, serán limpiados y reformar su iglesia, y por su Espíritu a trabajar con él, deberá regenerar y purificar las almas. Él tomará la escoria que se encuentra en ellos. Él separará sus corrupciones, que prestan sus facultades sin valor e inútil. El creyente no necesita temer el juicio de fuego de las aflicciones y tentaciones, por lo que el Salvador refina el oro. Él se hará cargo no es más intenso o más de lo necesario para su bien; y este juicio va a terminar muy al contrario que la de los malvados. Cristo será, intercediendo por ellos, hacerlos aceptadas. Donde hay temor de Dios es, nada bueno se puede esperar. El mal persigue a los pecadores. Dios es inmutable. Y a pesar de la sentencia contra las malas obras no se ejecuta luego, sin embargo, se ejecutará; el Señor es tan enemigo al pecado como siempre. Todos podemos aplicar esto a nosotros mismos. Porque tenemos que ver con un Dios que no cambia, por lo tanto, es que no hemos sido consumidos; porque nunca decayeron sus misericordias.

3:7-12 Los hombres de esa generación se apartaron de Dios, que no habían guardado sus ordenanzas. Dios les da una llamada de gracia. Pero ellos dijeron: ¿En qué hemos de volver? Dios se da cuenta de lo que vuelve nuestros corazones hacen a las llamadas de su palabra. Se muestra una gran perversidad en el pecado, cuando los hombres hacen aflicciones excusas para el pecado, que se envían a la parte entre ellos y sus pecados. Aquí es una fervorosa exhortación a la reforma. Dios debe ser servido en el primer lugar; y el interés de nuestra alma debe ser preferido antes que la de nuestros cuerpos. Deja que confían en Dios para proveer para su comodidad. Dios tiene bendiciones listos para nosotros, sino a través de la debilidad de nuestra fe y la estrechez de nuestros deseos, no tienen espacio para recibirlos. El que hace el juicio encontrará nada se pierde por honrar al Señor con su sustancia.

3:13-18 Entre los Judios en este momento, algunos claramente descubrieron a sí mismos como hijos del maligno. El yugo de Cristo es fácil. Pero los que hacen impiedad, tentar a Dios por los pecados de presunción. El juez de las cosas tal y como aparecerán cuando el destino de estos pecadores orgullosos viene a ser ejecutado. Aquellos que temen a Jehová, habló amablemente, para preservar y promover el amor mutuo, cuando el pecado abundó así. Ellos hablaron cada uno a otro, en el lenguaje de aquellos que temen al Señor, y piensan en su nombre. Como las malas conversaciones corrompen las buenas mentes y costumbres, por lo que una buena comunicación a confirmar. Un libro de memoria delante de Dios se escribió. Él se encargará de que sus hijos no pereció con los que no creen. Deberán ser vasos de misericordia y honor, cuando el resto se hacen vasos de ira y el deshonor. Los santos son las joyas de Dios; que son queridos para él. Él preservará como sus joyas, en que la tierra se quema como escoria. Los que ahora posee a Dios por ellos, él entonces poseer por la suya. Es nuestro deber de servir a Dios con la disposición de los niños; y no va a tener a sus hijos formados en la ociosidad; que tienen que hacer él el servicio de un principio de amor. Incluso los hijos de Dios tienen necesidad de escatimar misericordia. Todos son justos o malvados, como servir a Dios, o como le servirá no: todos van al cielo o al infierno. A menudo nos engañamos en nuestras opiniones en relación tanto a la una y la otra; pero en el bar de Cristo, se dará a conocer el carácter de cada hombre. En cuanto a nosotros mismos, que tenemos necesidad de pensar entre los que tendremos nuestra suerte; y, en cuanto a los demás, tenemos que, no juzguéis nada antes de tiempo. Pero al final todo el mundo va a confesar que sólo ellos eran sabios y felices, que sirvió al Señor y confiar en él.

Comentario de Matthew Henry [1706], traducido del Inglés

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Malachi 2
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