2 Corintios 7
Comentario de Matthew Henry
7:1-4 Las promesas de Dios son razones de peso para que sigamos la santidad; debemos limpiarnos de toda contaminación de carne y de espíritu. Si esperamos en Dios como nuestro Padre, nosotros debemos tratar de ser santos como Él es santo, y perfecto como nuestro Padre que está en los cielos. Su gracia, por la influencia de su Espíritu, el único que puede purificar, pero la santidad debe ser el objeto de nuestras oraciones constantes. Si los ministros del Evangelio se cree despreciable, no hay peligro de que el evangelio mismo ser despreciados también; y aunque los ministros deben halagar ninguna, sin embargo, ha de ser amable para con todos. Ministros de acudir para la estima y el favor, si pueden apelar de manera segura a las personas, que han corrompido a nadie con falsas doctrinas o discursos halagadores; que han defraudado a nadie; ni tratado de promover sus propios intereses con el fin de hacer daño a cualquiera. Era afecto a ellos hizo el apóstol habla tan libremente a ellos, y le llevó a la gloria de ellos, en todos los lugares y en todas las ocasiones.

7:5-11 Había pleitos sin, o con continuas contiendas, y la oposición de los Judios y gentiles; y se temía dentro, y una gran preocupación por los que se habían abrazado la fe cristiana. Pero Dios consuela a los que son arrojados. Debemos mirar más allá de todos los medios e instrumentos, a Dios, como el autor de todo el consuelo y buena que nos gusta. El dolor de acuerdo a la voluntad de Dios, tendiendo a la gloria de Dios, y obrado por el Espíritu de Dios, hace que el corazón humilde, contrito, sumiso, dispuesto para mortificar todo pecado, y para andar en novedad de vida. Y este arrepentimiento está relacionado con la fe salvadora en Cristo, y un interés en su expiación. Hay una gran diferencia entre este dolor de Dios, ¡y la tristeza del mundo. Se mencionan los felices frutos de verdadero arrepentimiento. Cuando se cambia el corazón, se cambiará la vida y acciones. Se obró indignación por el pecado, en sí mismos, en el tentador y sus instrumentos. Se obró el miedo a la vigilancia y el temor prudente de pecado. Se obró deseo de reconciliarse con Dios. Se obró celo por deber, y contra el pecado. Se obró la venganza contra el pecado y su propia locura, por los esfuerzos para hacer satisfacción por injurias hechas por el mismo. Profunda humildad ante Dios, el odio de todo pecado, con la fe en Cristo, un nuevo corazón y una nueva vida, hacen el arrepentimiento para salvación. Que el Señor lo darás en cada uno de nosotros.

7:12-16 El apóstol no estaba decepcionado acerca de ellos, que él significó a Tito; y pudo con alegría declarar la confianza que tenía en ellos para el tiempo por venir. Aquí ven los deberes de un pastor y de su rebaño; este último debe aligerar los problemas de la oficina pastoral, por el respeto y la obediencia; la antigua crea un vencimiento de la declaración de su cargo de ellos, y aprecian el rebaño por los testimonios de satisfacción, alegría y ternura.

Comentario de Matthew Henry [1706], traducido del Inglés

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