Había un hombre solo, sin sucesor, que no tenía hijo ni hermano, sin embargo, no había fin a todo su trabajo. En verdad, sus ojos no se saciaban de las riquezas, y nunca se preguntó: ¿Para quién trabajo yo y privo a mi vida del placer? También esto es vanidad y tarea penosa. 4:7,8 Con frecuencia, los más hombres han, más que tendrían; y en este son tan concentrado, que no reciben el disfrute de lo que tienen. El egoísmo es la causa de este mal. Un hombre egoísta se preocupa por nadie; no hay nadie para cuidar de sí mismo, pero, sin embargo, apenas se permitirá el descanso necesario para sí mismo, y la gente que emplea. Él nunca piensa que tiene suficiente. Él tiene suficiente para su vocación, por su familia, pero él no tiene suficiente para sus ojos. Muchos están tan puesto sobre el mundo, que en la realización de la misma que matarás a sí mismos, no sólo de la gracia de Dios y la vida eterna, sino de los placeres de esta vida. Los parientes lejanos o extraños que heredan riquezas de un hombre así, no lo agradecen. La codicia se fortalece por el tiempo y la costumbre; los hombres se tambalean al borde de la tumba, se vuelven más agarre y retortijones. Por desgracia, y con qué frecuencia vemos a los hombres que profesan ser seguidores de Aquel que, siendo rico, por nosotros se hizo pobre, ansiedad raspando dinero junto y la celebración de forma rápida, excusándose por un lugar común hablar de la necesidad de la atención , y el peligro de la extravagancia!Eclesiastés 4 Comentario de Matthew Henry, traducido del Inglés Enlaces Eclesiastés 4:8 Interlineal • Eclesiastés 4:8 Plurilingüe • Eclesiastés 4:8 Español • Ecclésiaste 4:8 Francés • Prediger 4:8 Alemán • Eclesiastés 4:8 Chino • Ecclesiastes 4:8 Inglés • Bible Apps • Bible HubLas citas Bíblicas son tomadas de La Biblia de las Américas © 1986, 1995, 1997 by The Lockman Foundation, La Habra, Calif, //www.lockman.org. Usadas con permiso. |