Salmos 28
La Biblia de las Américas
Súplica y acción de gracias

Salmo de David.

1 A ti clamo, oh SEÑOR;
          roca mía, no seas sordo para conmigo,
          no sea que si guardas silencio hacia mí,
          venga a ser semejante a los que descienden a la fosa.
2 Escucha la voz de mis súplicas cuando a ti pido auxilio;
          cuando levanto mis manos hacia el lugar santísimo de tu santuario.
3 No me arrastres con los impíos
          ni con los que obran iniquidad,
          que hablan de paz con su prójimo,
          mientras hay maldad en su corazón.
4 Dales conforme a su obra y según la maldad de sus hechos;
          dales conforme a la obra de sus manos;
          págales su merecido.
5 Porque no tienen en cuenta los hechos del SEÑOR
          ni la obra de sus manos,
          El los derribará y no los edificará.
6 Bendito sea el SEÑOR,
          porque ha oído la voz de mis súplicas.
7 El SEÑOR es mi fuerza y mi escudo;
          en El confía mi corazón, y soy socorrido;
          por tanto, mi corazón se regocija,
          y le daré gracias con mi cántico.
8 El SEÑOR es la fuerza de su pueblo,
          y El es defensa salvadora de su ungido.
9 Salva a tu pueblo y bendice a tu heredad,
          pastoréalos y llévalos para siempre.
Las citas Bíblicas son tomadas de La Biblia de las Américas © 1986, 1995, 1997 by The Lockman Foundation, La Habra, Calif, //www.lockman.org. Usadas con permiso.

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