La Biblia de las Américas 1 ¡Ay de los que descienden a Egipto por ayuda! En los caballos buscan apoyo, y confían en los carros porque son muchos, y en los jinetes porque son muy fuertes, pero no miran al Santo de Israel, ni buscan al SEÑOR. 2 Pero El también es sabio y traerá el mal, y no se retractará de sus palabras; sino que se levantará contra la casa de los malhechores y contra la ayuda de los que obran iniquidad. 3 Pues los egipcios son hombres, y no Dios, y sus caballos son carne, y no espíritu; el SEÑOR, pues, extenderá su mano, y el que ayuda tropezará, y el que recibe ayuda caerá; todos ellos a una perecerán. 4 Porque así me dice el SEÑOR: Tal como gruñe el león o el leoncillo sobre su presa, contra el que se reúne una multitud de pastores, y no se atemoriza de sus voces ni se acobarda por su multitud, así descenderá el SEÑOR de los ejércitos para combatir sobre el monte Sion y sobre su collado. 5 Como aves que vuelan, así protegerá el SEÑOR de los ejércitos a Jerusalén; la protegerá y la librará, la perdonará y la rescatará. 6 Volved a aquel de quien tan profundamente os habéis apartado, oh hijos de Israel. 7 Porque en aquel día cada uno repudiará sus ídolos de plata y sus ídolos de oro, que os han hecho vuestras manos pecadoras. 8 El asirio caerá por espada no de hombre, y la espada no humana lo devorará; no escapará de la espada, y sus jóvenes serán sometidos a trabajos forzados. 9 Su fortaleza a causa del terror pasará, y sus príncipes se espantarán ante el estandarte --declara el SEÑOR, que tiene su fuego en Sion y su horno en Jerusalén. Las citas Bíblicas son tomadas de La Biblia de las Américas © 1986, 1995, 1997 by The Lockman Foundation, La Habra, Calif, //www.lockman.org. Usadas con permiso. Bible Hub |