Biblia Jubileo 2000 1Y habló el SEÑOR a Moisés y a Aarón, diciendo:
2Hablad a los hijos de Israel, y decidles: Cualquier varón, cuando su simiente manare de su carne, será inmundo.
3Y esta será su inmundicia en su flujo; sea que su carne destiló por causa de su flujo, o que su carne se cerró por causa de su flujo, él será inmundo.
4Toda cama en que se acostare el que tuviere flujo, será inmunda; y toda cosa sobre que se sentare, inmunda será.
5Y cualquiera que tocare su cama, lavará sus vestidos; se lavará también a sí mismo con agua, y será inmundo hasta la tarde.
6Y el que se sentare sobre aquello en que se hubiere sentado el que tiene flujo, lavará sus vestidos, se lavará también a sí mismo con agua, y será inmundo hasta la tarde.
7Asimismo el que tocare la carne del que tiene flujo, lavará sus vestidos, y a sí mismo se lavará con agua, y será inmundo hasta la tarde.
8Y si el que tiene flujo escupiere sobre el limpio, éste lavará sus vestidos, y después de haberse lavado con agua, será inmundo hasta la tarde.
9Y todo aparejo sobre que cabalgare el que tuviere flujo, será inmundo.
10Y cualquiera que tocare cualquier cosa que haya estado debajo de él, será inmundo hasta la tarde; y el que la llevare, lavará sus vestidos, y después de lavarse con agua, será inmundo hasta la tarde.
11Y todo aquel a quien tocare el que tiene flujo, y no lavare con agua sus manos, lavará sus vestidos, y a sí mismo se lavará con agua, y será inmundo hasta la tarde.
12Y el vaso de barro en que tocare el que tiene flujo, será quebrado; y todo vaso de madera será lavado con agua. 13Y cuando se hubiere limpiado de su flujo el que tiene flujo, se ha de contar siete días desde su purificación, y lavará sus vestidos, y lavará su carne en aguas vivas, y será limpio. 14Y el octavo día tomará dos tórtolas, o dos palominos, y vendrá delante del SEÑOR a la puerta del tabernáculo del testimonio, y los dará al sacerdote; 15y el sacerdote ofrecerá el uno como el pecado, y el otro como holocausto; y el sacerdote lo reconciliará de su flujo delante del SEÑOR. 16Y el hombre, cuando de él saliere derramamiento de simiente, lavará en agua toda su carne, y será inmundo hasta la tarde. 17Y todo vestido, o toda piel sobre la cual hubiere el derramamiento de simiente, se lavará con agua, y será inmunda hasta la tarde. 18Y la mujer con quien el varón tuviere ayuntamiento de simiente, ambos se lavarán con agua, y serán inmundos hasta la tarde. 19Y cuando la mujer tuviere flujo de sangre, y su flujo fuere en su carne, siete días estará apartada; y cualquiera que la tocare, será inmundo hasta la tarde. 20Y todo aquello sobre lo que ella se acostare mientras su separación, será inmundo; y todo aquello sobre lo que se sentare, será inmundo. 21Y cualquiera que tocare su cama, lavará sus vestidos, y a sí mismo se lavará con agua, y será inmundo hasta la tarde. 22También cualquiera que tocare cualquier mueble sobre lo que ella se hubiere sentado, lavará sus vestidos; se lavará luego a sí mismo con agua, y será inmundo hasta la tarde. 23Y si alguna cosa estuviere sobre la cama, o sobre la silla en que ella se hubiere sentado, el que lo tocare será inmundo hasta la tarde. 24Y si alguno durmiere con ella, y la inmundicia de ella fuere sobre él, será inmundo por siete días; y toda cama sobre la que durmiere, será inmunda. 25Y la mujer, cuando manare el flujo de su sangre por muchos días fuera del tiempo de su costumbre, o cuando tuviere flujo de sangre más de su costumbre; todo el tiempo del flujo de su inmundicia, será inmunda como en los días de su costumbre. 26Toda cama en que durmiere todo el tiempo de su flujo, le será como la cama de su costumbre; y todo mueble sobre el que se sentare, será inmundo, como la inmundicia de su costumbre. 27Cualquiera que tocare esas cosas será inmundo; y lavará sus vestidos, y a sí mismo se lavará con agua, y será inmundo hasta la tarde. 28Y cuando fuere limpia de su flujo, se ha de contar siete días, y después será limpia. 29Y al octavo día tomará consigo dos tórtolas, o dos palominos, y los traerá al sacerdote, a la puerta del tabernáculo del testimonio; 30y el sacerdote ofrecerá el uno como el pecado, y el otro como holocausto; y la reconciliará el sacerdote delante del SEÑOR del flujo de su inmundicia. 31Así apartaréis los hijos de Israel de sus inmundicias, y no morirán por sus inmundicias ensuciando mi tabernáculo, que está entre ellos. 32Esta es la ley del que tiene flujo, y del que sale derramamiento de simiente, viniendo a ser inmundo a causa de ello; 33y de la que padece su costumbre, y acerca del que tuviere flujo, sea macho o hembra; y del hombre que durmiere con mujer inmunda. |