Comentario de Matthew Henry 61:1-4 David comienza con oraciones y lágrimas, pero termina con alabanza. Así el alma, que se levantó en manos de Dios, vuelve a disfrutar del mismo. Dondequiera que estemos, tenemos libertad para acercarnos a Dios, y hallar un camino abierto al trono de la gracia. Y lo que nos separa de otras comodidades, debería llevarnos más cerca de Dios, fuente de todo consuelo. Aunque el corazón está abrumado, sin embargo, puede ser levantado a Dios en oración. No, voy a llorar a ti, por que eso significa que contará con el apoyo y alivio. Weeping debe acelerar la oración, y no amortiguar él. El poder y la promesa de Dios son una roca que es más alta de lo que somos. Esta roca es Cristo. Por la misericordia divina, como en una roca, David deseaba descansar su alma; pero era como un marinero náufragos, expuesta a las olas en la parte inferior de una roca muy alta para él para subir sin ayuda. David descubrió que no podía fijarse en la Roca de la salvación, a menos que el Señor lo puso sobre ella. Como no existe la seguridad en él, y ninguno en nosotros mismos, oremos para ser llevado hacia y fijos en Cristo nuestra Roca. El servicio de Dios será su trabajo constante y de negocios: todos deben hacerlo de modo que esperan encontrar a Dios su refugio, y torre fuerte. La gracia de Dios será su consuelo constante. 61:5-8 Hay un pueblo en el mundo que temen el nombre de Dios. Hay una herencia peculiar de ese pueblo; comodidades presentes en el alma, arras de la felicidad futura. Los que temen a Dios tienen lo suficiente en él, y no hay que quejarse. Necesitamos desear nada mejor herencia que la de aquellos que temen a Dios. Aquellos permanecéis a buen propósito en este mundo, que permanece ante Dios, servirle, y caminar en el temor; los que lo hacen, permaneceréis delante de él para siempre. Y estas palabras se han de aplicar a aquel de quien dijo el ángel, el Señor le dará el trono de David su padre, y su reino no tendrá fin, Lu uno y treinta y dos minutos. Las promesas de Dios, y nuestra fe en ellos, no son para acabar, pero para animar la oración. Nosotros no necesitamos el deseo de ser mejor garantizado que bajo la protección de la misericordia y la verdad de Dios. Y si participamos de la gracia y de la verdad que vino por Jesucristo, es posible que lo alabamos, cualquiera que sea nuestra circunstancia externas. Pero experiencia renovada de la misericordia y la verdad de Dios para con su pueblo en Cristo, es el asunto principal de nuestro gozo en Dios, y nuestra alabanza a él.
Comentario de Matthew Henry [1706], traducido del Inglés Bible Hub |