Salmos 48
Comentario de Matthew Henry
48:1-7 Jerusalén es la ciudad de nuestro Dios: ninguno en la tierra le rinde el debido honor a excepción de los ciudadanos de la Jerusalén espiritual. Feliz el reino, la ciudad, la familia, el corazón, en el que Dios es grande, en la que él es todo. Allí Dios se conoce. Los descubrimientos más claras se hacen para nosotros del Señor y su grandeza, más se espera que debemos abundar en sus alabanzas. La tierra es, por el pecado, cubierto con deformidad, precisamente por ello, puede que parte del terreno, que se embellece con la santidad, se llama el gozo de toda la tierra; lo que todo el mundo tiene que alegrarse de que Dios sería así en muy hecho morar con el hombre sobre la tierra. Los reyes de la tierra se espantaron de él. Nada en la naturaleza puede representar más bien coordinado, el derrocamiento del paganismo por el Espíritu del Evangelio, de los restos del naufragio de una flota en una tormenta. Ambos son por el gran poder del Señor.

48:8-14 Tenemos aquí la mejora que el pueblo de Dios son para hacer una de sus apariciones gloriosas y llenas de gracia para ellos. Que nuestra fe en la Palabra de Dios se confirma lo expuesto. Que nuestra esperanza de la estabilidad de la iglesia fomentarse. Que nuestras mentes se llenan de buenos pensamientos de Dios. Todas las corrientes de misericordia que fluyen hasta nosotros, deben atribuirse a la fuente de su misericordia. Demos a Dios la gloria de las grandes cosas que ha hecho por nosotros. Que todos los miembros de la iglesia tienen el consuelo de lo que el Señor hace por su iglesia. Observemos la belleza, la fuerza y ​​la seguridad de la iglesia. Considere la posibilidad de su fuerza; ver fundó en Cristo la Roca, fortalecido por el poder divino, custodiada por Aquel que no se adormece ni duerme. Vea lo ordenanzas preciosas son sus palacios, lo que las promesas preciosas son sus baluartes, que es posible que se le anima a unirse a vosotros mismos a ella: y dicen esto a los demás. Este Dios, que ahora ha hecho grandes cosas por nosotros, no se puede cambiar en su amor a nosotros, y su cuidado por nosotros. Si él es nuestro Dios, él dirigirá y nos mantienen hasta el último. Él así nos guíe, que nos puso por encima del alcance de la muerte, para que no nos hará ningún daño real. Él nos llevará a una vida en la que no habrá más muerte.

Comentario de Matthew Henry [1706], traducido del Inglés

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Psalm 47
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