Números 32
Comentario de Matthew Henry
32:1-5 He aquí una propuesta hecha por los hijos de Rubén y Gad, que el terreno últimamente conquistado podría ser asignado a los mismos. Dos cosas comunes en el mundo podrían llevar a estas tribus que tomar esta decisión; la concupiscencia de los ojos, y la vanagloria de la vida. Había mucho mal en el principio subieron encima; consultaron a su propia conveniencia privada más que el bien público. Así, hasta la actualidad, muchos buscan sus propias cosas más de las cosas de Jesucristo; y son guiados por intereses mundanos y ventajas de tomar cortos de la Canaán celestial.

32:6-15 La propuesta demostró desprecio a la tierra de Canaán, la desconfianza en la promesa del Señor, y la falta de voluntad para encontrar las dificultades y los peligros de la conquista y de la expulsión de los habitantes de esa tierra. Moisés se irritará con ellos. Se convierte en cualquiera de Israel de Dios para sentarse sin preocuparse por los problemas difíciles y peligrosas de sus hermanos, ya sea público o personal. Les recuerda las consecuencias fatales de la incredulidad y de la pusilanimidad de sus padres, cuando eran, como a sí mismos, a la espera de entrar en Canaán. Si los hombres considerados como deberían de lo que sería el fin del pecado, ellos tendrían miedo del comienzo de la misma.

32:16-27 Aquí está el buen efecto de la franqueza. Moisés, al mostrar su pecado, y el peligro de que, los llevó a su deber, sin murmurar ni discusiones. Todos los hombres deben tener en cuenta los intereses de los demás, así como su propia; la ley del amor nos exige trabajo, empresa, o sufrir por los demás ya que puede haber ocasión. Proponen que sus hombres de guerra deben ir preparados armados delante de los hijos de Israel en la tierra de Canaán, y que no volviesen hasta que acabaron la conquista de Canaán. Moisés les concede su petición, pero les advierte del peligro de romper su palabra. Si no, usted peca contra el Señor, y no sólo contra sus hermanos; Dios ciertamente contar con vosotros para ello. Sé que vuestro pecado os alcanzará. Sin duda va a descubrir el pecador más pronto o más tarde. Nos preocupa ahora para encontrar nuestros pecados a cabo, para que podamos arrepentirnos de ellos, y los abandonará, para que no nos encuentren a nuestra ruina.

32:28-42 En cuanto a la liquidación de estas tribus, observe, que construyeron las ciudades, es decir, las reparó. Cambiaron los nombres de ellos; probablemente eran idólatras, por lo tanto deben ser olvidados. Un espíritu de egoísmo, de buscar nuestras propias, no las cosas de Cristo, cuando cada uno debe ayudar a los demás, es tan peligroso como es habitual. Es imposible ser sinceros en la fe, sensible de la bondad de Dios, constreñido por el amor de Cristo, santificado por el poder del Espíritu Santo, y sin embargo, ser indiferente a los progresos de la religión, y el éxito espiritual de los demás, a través del amor de la facilidad, o miedo al conflicto. Que tu luz brille ante los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.

Comentario de Matthew Henry [1706], traducido del Inglés

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Numbers 31
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