Jeremías 44
Comentario de Matthew Henry
44:1-14 Dios le recuerda a los Judios de los pecados que llevaron desolaciones sobre Judá. Se convierte en nosotros para advertir a los hombres del peligro del pecado con toda seriedad: Oh, no lo hagas! Si amas a Dios, no lo hagas, ya que está provocando a él; si usted ama a sus propias almas, no lo hagas, porque es destructivo para ellos. Deje que la conciencia hace esto por nosotros en la hora de la tentación. Los Judios que Dios envió a la tierra de los Caldeos, estaban allí, por el poder de la gracia de Dios, destetados de la idolatría; pero los que se fue por su propia voluntad perversa a la tierra de los egipcios, eran allí más unidos que nunca para sus idolatrías. Cuando nos empujamos a nosotros mismos sin causa o llamada en lugares de tentación, es sólo con Dios para dejarnos a nosotros mismos. Si caminamos contrario a Dios, él caminará contrario a nosotros. Las miserias más terribles a las que los hombres están expuestos, son ocasionados por el descuido de la salvación ofrecida.

44:15-19 Estos pecadores audaces no intentan excusas, pero declaran que van a hacer lo que está prohibido. Los que desobedecen a Dios, comúnmente en peor, y el corazón está más endurecido por el engaño del pecado. Aquí está el verdadero lenguaje del corazón rebelde. Incluso se tomaron las aflicciones que debería haberlos separado de sus pecados, a fin de confirmar en sus pecados. Es triste cuando los que deberían acelerarse entre sí a lo que es bueno, y así ayudarnos unos a otros al cielo, endurecer unos a otros en el pecado, así maduran unos a los otros para el infierno. Para mezclar la idolatría al culto divino, y para rechazar la mediación de Cristo, están provocando a Dios, y ruinosa para los hombres. Todos los idólatras, o santos de honor, y los ángeles, y la reina del cielo, debe recordar lo que vino a partir de las prácticas idólatras de los Judios.

44:20-30 Sea cual sea el mal que vendrá sobre nosotros, es porque hemos pecado contra el Señor; por lo tanto debemos estar en el temor, y no pequéis. Dado que estaban decididos a persistir en su idolatría, Dios se encendería para castigarlos. Lo poco que queda de la religión estaban entre ellos, se perdería. La criatura-comodidades y confidencias de la que nos prometemos más, pueden fallar tan pronto como aquellos de los que nos prometemos menos; y todos son lo que Dios les hace, no lo que nos imaginamos que fueran. Esperanzas bien fundadas de que tengamos una parte en la misericordia divina, siempre están unidos con el arrepentimiento y la obediencia.

Comentario de Matthew Henry [1706], traducido del Inglés

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Jeremiah 43
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