Jeremías 20
Comentario de Matthew Henry
20:1-6 Pasur hirió Jeremías, y lo puso en el cepo. Jeremías se quedó en silencio hasta que Dios puso palabra en su boca. Para confirmar esto, Pasur tiene un nombre que le había dado, temor de todas partes. Habla un hombre no sólo en peligro, pero en la desesperación; no sólo en peligro, pero en el temor de todas partes. Los impíos son en gran temor donde hay temor es, porque Dios puede hacer que el pecador más atrevida para infundir temor al mismo. Y el que no quiere oír hablar de sus faltas de los profetas de Dios, se harán oír desde sus conciencias. Miserable es, pues, el hombre hizo un terror para sus adentros. Sus amigos le fallará. Dios le permite vivir miserablemente, que puede ser un monumento de la justicia divina.

20:7-13 El profeta se queja de la agresión y las lesiones que sufrió. Pero ver. 7 se pueden leer, Tú me has persuadido, y me convenció. Tú fuiste más fuerte que yo; y has dominarme por la influencia de tu Espíritu sobre mí. Siempre y cuando nos vemos a nosotros mismos en el camino de Dios, y del deber, que es la debilidad y la locura, cuando nos encontramos con dificultades y desalientos, para desear que nunca habíamos establecido en el mismo. El profeta encontró la gracia de Dios, poderoso en él para mantener a su empresa, a pesar de la tentación que era para tirar hacia arriba. Lo que las lesiones se hacen para nosotros, tenemos que dejarlos a ese Dios de las venganzas, y que ha dicho, yo te lo pagaré. Tan lleno era de la comodidad de la presencia de Dios, la protección divina que estaba bajo, y la promesa divina que tenía que depender, que despertó a sí mismo ya los demás a dar a Dios la gloria. Que el pueblo de Dios se abren a su causa delante de él, y él les permitirá ver la liberación.

20:14-18 Cuando la gracia tiene la victoria, es bueno estar avergonzado de nuestra locura, para admirar la bondad de Dios, y ten cuidado para proteger nuestros espíritus en otro momento. Ver qué tan fuerte era la tentación, sobre el cual el profeta se llevó la victoria por la asistencia divina! Él está enojado porque su primer aliento no fue la última. Si bien tenemos en cuenta que estos deseos no se registran para nosotros pronunciamos por el estilo, podemos aprender buenas lecciones de ellos. Ver la cantidad de los que piensan que la fuerza, debe prestar atención para que no caigan, y para orar a diario, y no nos dejes caer en la tentación. Qué frágil, cambiante, y la carne es el hombre! ¡Qué absurdo y antinatural son los pensamientos y los deseos de nuestros corazones, cuando nos rendimos al descontento! Veamos, pues, consideren a aquel que sufrió la contradicción de pecadores contra sí mismo, para que no debemos ser en cualquier momento cansado y débil en nuestras mentes bajo nuestros ensayos menores.

Comentario de Matthew Henry [1706], traducido del Inglés

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Jeremiah 19
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