Comentario de Matthew Henry 45:1-15 Joseph dejó Judá seguir, y escuchó todo lo que tenía que decir. Encontró a sus hermanos humillados por sus pecados, consciente de sí mismo, pues Judá lo había mencionado dos veces en su discurso, respetuoso con su padre, y muy sensible de su hermano Benjamín. Ahora estaban maduras para la comodidad que él diseñó, por darse a conocer. José ordenó a todos sus asistentes a retirarse. Así, Cristo se hace y su bondad amorosa conocida por su pueblo, fuera de la vista y el oído del mundo. Joseph derramó lágrimas de ternura y gran afecto, y con ellas hizo perder que la austeridad con la que se había comportado hasta ahora hacia sus hermanos. Esto representa la compasión divina hacia los penitentes que regresan. Yo soy José, vuestro hermano. Esto humillarlos aún más por su pecado en la venta de él, pero animaría a esperar un trato amable. Por lo tanto, cuando Cristo convencería Pablo, él dijo: Yo soy Jesús; y cuando iba a consolar a sus discípulos, dijo: Soy yo, no tengáis miedo. Cuando Cristo se manifiesta a sí mismo a su pueblo, se les anima a acercarse a él con un corazón sincero. Joseph lo hace, y los muestra, de que todo lo que pensaban hacer contra él, Dios había traído algo bueno de ello. Los pecadores deben afligen y estar enojados con ellos mismos por sus pecados, pero Dios saca lo bueno de él, porque esto es no gracias a ellos. El acuerdo entre todo esto, y el caso de un pecador, en Cristo se manifiesta a sí mismo a su alma, es muy llamativo. Él no es así, por este motivo, creo que el pecado de un menor, pero un mal mayor; y sin embargo, está tan armado contra la desesperación, ya que incluso regocijarse en lo que Dios ha obrado, mientras él tiembla al pensar en los peligros y la destrucción de la que ha escapado. José promete cuidar de su padre y toda la familia. Es el deber de los hijos, si la necesidad de sus padres en todo momento lo requiere, para apoyar y suministrarlos al máximo de su capacidad; esto está mostrando piedad en casa, 1 Tim 5:04. Después de que José había abrazado Benjamin, él los acarició, y después sus hermanos hablaron con él libremente de todos los asuntos de la casa de su padre. Después de las señales de la verdadera reconciliación con el Señor Jesús, dulce comunión con él sigue. 45:16-24 Faraón fue amable con José, y sus relaciones por su bien. Egipto compensaría las pérdidas de su eliminación. Así, aquellos por los que Cristo se propone su gloria celestial, no debe considerar las cosas de este mundo. El mejor de sus goces son más que la madera de construcción; no podemos asegurarnos de ellos, mientras que aquí, y mucho menos los podemos llevar a acabar con nosotros. No nos pusimos nuestros ojos o el corazón en el mundo; hay mejores cosas para nosotros en esa bendita tierra, a donde Cristo, nuestro José, se ha ido a preparar un lugar. José despidió a sus hermanos con una advertencia oportuno, Mirad que no se caen por el camino. Sabía que eran demasiado propensos a ser pendenciero; y para que estén todos perdonado, él pone esta carga sobre ellos, no para reprender el uno al otro. Este comando de nuestro Señor Jesús nos ha dado, que nos amemos unos a otros, y que pase lo que pase, o ha sucedido, no se caigan. Porque nosotros somos hermanos, tenemos todos un mismo padre. Todos somos culpables, y en vez de pelear entre sí, tienen motivos para caer con nosotros mismos. Somos, o esperamos ser, perdonado de Dios, a quien todos hemos ofendido, y, por lo tanto, debería estar listo para perdonarnos unos a otros. Estamos por el camino, un camino por la tierra de Egipto, en el que tenemos muchos ojos sobre nosotros, que procuran aprovechar contra nosotros; un camino que lleva a la Canaán celestial, donde esperamos estar para siempre en perfecta paz. 45:25-28 Oír que José está vivo, es también una buena noticia para ser verdad; Jacob se desmaya, porque él cree que no. Nos desmayamos, porque no creemos. Finalmente, Jacob está convencido de la verdad. Jacob era viejo, y no esperaba vivir mucho tiempo. Él dice: Que mis ojos se actualicen con esta vista antes de que se cierren, y luego necesito nada más para ser feliz en este mundo. He aquí Jesús manifiesta a sí mismo como un hermano y un amigo a los que una vez fueron sus aborrecedores, sus enemigos. Él les asegura de su amor y de las riquezas de su gracia. Él les manda hacer a un lado la envidia, la ira, la malicia, y la lucha, y para vivir en paz unos con otros. Les enseña a renunciar al mundo para él y su plenitud. Él provee todo lo que es necesario para llevar a casa para sí mismo, para que donde él es que también estéis. Y sin embargo, cuando por fin se envía para su pueblo, es posible que durante un tiempo sentir algunas dudas y temores, sin embargo, la idea de ver su gloria y de estar con él, les permitirá decir: Basta, estoy dispuesto a morir; y voy a ver, y estar con el amado de mi alma.
Comentario de Matthew Henry [1706], traducido del Inglés Bible Hub |