Deuteronomio 20
Comentario de Matthew Henry
20:1-9 En las guerras que Israel participa de acuerdo a la voluntad de Dios, que pueden esperar la ayuda divina. El Señor iba a ser su única confianza. En estos aspectos eran tipos de guerra del cristiano. Aquellos que no quieran pelear, deben ser enviados lejos. La falta de voluntad podría surgir de condición externa de un hombre. Dios no sería servido por los hombres forzados contra su voluntad. Tu pueblo se te ofrecerá voluntariamente, Salmo 110:3. Al correr la carrera cristiana, y pelear la buena batalla de la fe, debemos dejar a un lado todo lo que nos haría poco dispuesto. Si la falta de voluntad de un hombre se levantó de la debilidad y el miedo, que había dejar de volver de la guerra. La razón dada es que aquí, no sea que el corazón de sus hermanos fallar, así como su corazón. Hay que tener cuidado de que no tengamos miedo al miedo de los que tienen miedo, Isa 08:12.

20:10-12 Los israelitas están aquí dirigidos por los países en los que hacían la guerra. Deje que este espectáculo la gracia de Dios al tratar con los pecadores. Proclama la paz, y les suplica a reconciliarse. Que también nos muestran nuestro deber en el trato con nuestros hermanos. Quienquiera que son para la guerra, tenemos que estar por la paz. De las ciudades dadas a Israel, ninguno de sus habitantes se debe dejar. Como no podía esperarse que deben ser curados de su idolatría, que perjudicarían a Israel. Estas normas no son las reglas de nuestra conducta, pero la ley del amor de Cristo. Los horrores de la guerra deben llenar el corazón con la sensación de angustia sobre todo recuerdo; y son pruebas de la maldad de los hombres, el poder de Satanás, y la justa venganza de Dios, que de este modo se azota un mundo culpable. Pero, ¿cómo su caso terrible que están comprometidos en un conflicto desigual con su Hacedor, que no se somete a rendirle el homenaje fácil de adoración y alabanza! Ruina segura que les espera. Que ni el número ni el poder de los enemigos de nuestras almas nos consternación; ni que incluso nuestra propia debilidad causa nosotros temblamos o de desmayarse. El Señor nos salvará; pero en esta guerra que, ninguno participar cuyos corazones son aficionados del mundo, o tiene miedo de la cruz y el conflicto. El cuidado se toma aquí que en las ciudades que asediaban los árboles frutales no deben ser destruidos. Dios es un amigo mejor para el hombre que él a sí mismo; y la ley de Dios consulta nuestros intereses y comodidades; mientras que nuestros propios apetitos y pasiones, que nos entregamos, son enemigos a nuestro bienestar. Muchos de los preceptos divinos nos abstenerse de destruir aquello que es para nuestra vida y la alimentación. Los Judios entienden esto como una prohibición de todos los residuos intencional a cualquier cuenta que sea. Toda criatura de Dios es buena; como nada es negado, así que nada es ser abusado. Podemos vivir para querer lo que descuidadamente residuos.

Comentario de Matthew Henry [1706], traducido del Inglés

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Deuteronomy 19
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