Deuteronomio 11
Comentario de Matthew Henry
11:1-7 observar la relación de estos dos; Amarás al Señor, y mantener su cargo. El amor va a funcionar en la obediencia, y que sólo es aceptable la obediencia que brota de un principio de amor, 1 Juan 5:03. Moisés relata algunas de las grandes y terribles obras de Dios que sus ojos habían visto. Lo que nuestros ojos han visto, sobre todo en nuestros primeros días, nos debe afectar, y nos haría mejor tiempo después.

11:8-17 Moisés establece delante de ellos, para el futuro, la vida y la muerte, la bendición y la maldición, según como lo hicieron o no guardaron el mandamiento de Dios. Sin tiende a acortar los tiempos de todos los hombres, y para acortar los tiempos de la prosperidad de un pueblo. Dios los bendecirá con abundancia de todas las cosas buenas, si lo iban a amarlo y servirlo. La piedad tiene la promesa de la vida que ahora es; pero el favor de Dios, pues, diste alegría en el corazón, más que el aumento de pan, mosto y aceite. Revuelta de Dios a los ídolos sin duda sería su ruina. Mirad que vuestros corazones no se no engañados. Todos los que abandonan a Dios para establecer su afecto a ninguna criatura, se encontrarán miserablemente engañados, para su propia destrucción; y esto va a empeorar las cosas, que era por falta de tomar atención.

11:18-25 Que todo ser dirigido por las tres reglas aquí dadas. 1. Que nuestros corazones se llenen con la palabra de Dios. No habrá buenas prácticas en la vida, a menos que haya buenos pensamientos, buenas afectos y buenos principios en el corazón. 2. Deje que nuestros ojos se fijen en la palabra de Dios, tiene una constante relación con ella como la guía de nuestro camino, como la regla de nuestro trabajo, Salmos 119:30. 3. Deje que emplear nuestras lenguas acerca de la palabra de Dios. Tampoco cualquier cosa hacer más para hacer que la prosperidad, y mantener la religión en una nación, que la buena educación de los niños.

11:26-32 Moisés resume todos los argumentos a favor de la obediencia en dos palabras, la bendición y la maldición. Acusó a la gente a elegir el que tendrían. Entonces Moisés designó una proclamación pública y solemne de la bendición y la maldición, que se hizo a las dos montañas de Gerizim y Ebal. Hemos roto la ley, y están bajo su maldición, y sin remedio de nosotros mismos. En la misericordia, el evangelio se pone de nuevo ante nosotros una bendición y una maldición. Una bendición, si obedecemos el llamado al arrepentimiento, a la fe en Cristo, y la renovación del corazón y de la vida a través de él; una terrible maldición, si descuidamos una salvación tan grande. Veamos por suerte la bienvenida estas buenas nuevas de gran gozo; y no debemos endurecer nuestros corazones, pero oímos esta voz de Dios mientras se dice hoy, y mientras que él nos invita a venir a él en un propiciatorio. Seamos diligentes para hacer firme nuestra vocación y elección.

Comentario de Matthew Henry [1706], traducido del Inglés

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Deuteronomy 10
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