2 Reyes 10
Comentario de Matthew Henry
10:1-14 En los acontecimientos más terribles, aunque la participación de los crímenes más viles de los hombres, la verdad y la justicia de Dios son para llamar la atención; y nunca lo hizo, ni puede mandar cualquier cosa injusta o irrazonable. Jehú destruyó todo lo que quedaba de la casa de Acab; todos los que habían sido socios en su maldad. Cuando pensamos en los sufrimientos y las miserias de la humanidad, cuando esperamos la resurrección y juicio final, y pensar en el gran número de los malvados esperando su terrible pena del fuego eterno; cuando la suma total de la muerte y la miseria se ha considerado, la pregunta solemne ocurre, ¿Quién mató a todos éstos? La respuesta es, SIN. ¿Debemos entonces albergar pecado en nuestros pechos, y buscar la felicidad de lo que es la causa de toda la miseria?

10:15-28 ¿Es recto tu corazón? Esta es una pregunta que a menudo hay que poner a nosotros mismos. Hago una profesión justa, he ganado una reputación entre los hombres, pero, es mi corazón ¿verdad? ¿Soy sincero con Dios? Jonadab propiedad Jehú en el trabajo, tanto de la venganza y de la corrección. Un corazón recto aprueba sí a Dios, y no busca más que su aceptación; pero si nuestro objetivo es el aplauso de los hombres, estamos sobre un fundamento falso. Si Jehú miró más lejos que no podemos juzgar. La ley de Dios fue expresa, que los idólatras habían de ser muertos. Así, la idolatría fue abolido por el momento fuera de Israel. Podemos desear que sean arrancadas de nuestros corazones.

10:29-36 Es justamente cuestionable si Jehú actuó desde un buen principio, y si él no tomó algunos pasos en falso en hacerlo; aún no hemos recibido los servicios hecho por Dios se quedará sin recompensa. Pero la verdadera conversión no es sólo del pecado grave, pero de todo pecado; no sólo de los falsos dioses, sino de los falsos cultos. La verdadera conversión no es sólo de los pecados de despilfarro, sino de los pecados lucrativas; no sólo de los pecados que hieren nuestros intereses mundanos, sino de aquellos que apoyan y hacerse amigo de ellos; en abandono, que es la gran prueba de si podemos negarnos a nosotros mismos y confiar en Dios. Jehú mostró gran cuidado y celo por erradicar a una falsa religión, sino en la verdadera religión que no le importaba, no se cuidó de agradar a Dios y cumplir con su deber. Aquellos que son negligentes, es de temer, son sin gracia. Las personas también eran descuidados, por lo que no es extraño que en aquellos días, el Señor comenzó a talar en Israel. Eran cortos en su deber para con Dios, por lo tanto Dios cortarlas cortas en su extensión, riqueza y poder.

Comentario de Matthew Henry [1706], traducido del Inglés

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