Comentario de Matthew Henry 22:1-5 Con motivo del juicio terrible infligido a Israel por el pecado de David, Dios señaló el lugar donde tendría el templo construido; sobre la cual, David estaba emocionado de hacer los preparativos para el gran trabajo. David no tiene que construir, pero que iba a hacer todo lo que pudo; se preparaba en abundancia antes de su muerte. Lo que nuestras manos encuentran para hacer por Dios, y nuestras almas, y aquellos a nuestro alrededor, nos dejan hacerlo con todas nuestras fuerzas, antes de nuestra muerte; para después de la muerte no hay ningún dispositivo ni de trabajo. Y cuando el Señor se niega a emplear en los servicios que deseábamos, no debemos desanimarnos o inactivo, pero hacemos lo que podemos, aunque en una esfera más humilde. 22:6-16 David da a Salomón la razón por la que debe construir el templo. Porque Dios lo llamó. Nada es más poderoso que nosotros participar en cualquier servicio a Dios, que saber que nosotros somos puestos al mismo. Debido a que él tendría el ocio y la oportunidad de hacerlo. Él debe tener la paz y la tranquilidad. Cuando Dios da reposo, que espera que funcione. Debido a que Dios había prometido para establecer su reino. Promesas de gracia de Dios debe acelerar y fortalecer nuestro servicio religioso. David entregó a Salomón una cuenta de los enormes preparativos que había hecho de este edificio; no desde el orgullo y la vanagloria, sino para animar a Salomón a participar con alegría en la gran obra. Él no tiene que pensar, por la construcción del templo, para la compra de una dispensa para el pecado; por el contrario, su hacer eso no sería aceptado, si no mirad por cumplir los mandamientos del Señor. En nuestro trabajo espiritual, así como en nuestra guerra espiritual, tenemos necesidad de coraje y resolución. 22:17-19 Lo que se hace a la prestación de la palabra de Dios en general, conocido y atendido, es como llevar una piedra o un lingote de oro, a erigir el templo. Esto debería animarnos cuando nos afligimos que no vemos más fruto de nuestro trabajo; tanto bien puede aparecer después de nuestra muerte, que nunca pensamos. No nos cansemos pues de hacer el bien. El trabajo está en manos del Príncipe de la paz. Como él, el autor y consumador de la obra, tiene el placer de emplearnos como sus instrumentos, vamos a levantarnos y estar haciendo, alentar y ayudar a los otros; trabajando por su gobierno, después de su ejemplo, en dependencia de su gracia, con la seguridad de que él estará con nosotros, y que nuestro trabajo no será en vano en el Señor.
Comentario de Matthew Henry [1706], traducido del Inglés Bible Hub |