Amós 3:1
Oíd esta palabra que el SEÑOR ha hablado contra vosotros, hijos de Israel, contra toda la familia que hizo subir de la tierra de Egipto, diciendo:
3:1-8 Los favores distintivas de Dios a nosotros, si no se refrenan de pecado, no podrán eximir de castigo. No podían esperar que la comunión con Dios, a menos que primero buscaron la paz con él. Donde no hay amistad, no puede haber comunión. Dios y el hombre no pueden caminar juntos, si no estuvieren de acuerdo. A menos que se busca su gloria, no podemos caminar con él. No debemos abusar de privilegios externos, sin especial, la gracia santificante. Las amenazas de la palabra y de la providencia de Dios contra el pecado del hombre son ciertos, y ciertamente demuestran que los juicios de Dios están a la mano. Tampoco Dios quite la angustia de ellos él ha enviado, hasta que ha hecho su trabajo. El mal del pecado es de nosotros mismos, es nuestro propio hacer; pero el mal del problema es de Dios, y es obra suya, el que son los instrumentos. Esto nos debe comprometer con paciencia de soportar los problemas públicos, y estudiar para responder significado de Dios en ellos. Todo el pasaje muestra que el mal natural, o problemas, y no el mal moral o pecado, se entiende aquí. La advertencia dada a un mundo descuidado aumentará su condena otro día. ¡Oh, la increíble estupidez de un mundo incrédulo, que no se reparaban los terrores del Señor, y que desprecian sus misericordias!

Amós 3 Comentario de Matthew Henry, traducido del Inglés

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Las citas Bíblicas son tomadas de La Biblia de las Américas © 1986, 1995, 1997 by The Lockman Foundation, La Habra, Calif, //www.lockman.org. Usadas con permiso.
Amós 2:16
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